Ya van tres grandes pifias de Honda en tan solo un año
Nadie duda en la caravana mundialista que, por palmarés y recursos, técnicos y económicos, la escudería oficial Honda es la más potente del campeonato. Hay un dicho que resume ese poderío y señala que los problemas en Honda duran menos que en cualquier otra marca. Sin embargo, tres errores de bulto en el último año no dejan en buen lugar al equipo que capitanea en los circuitos Shuhei Nakamoto, vicepresidente de HRC, y que tiene en Livio Suppo a su team principal en el Repsol Honda.
El error de cálculo al contabilizar las vueltas de la carrera de Phillip Island, mandando a Márquez entrar una más tarde de lo que tocaba a cambiar de moto (por seguridad estaba prohibido dar más de diez), le costó la bandera negra al líder. Eso le da vida a Lorenzo, que pasa de 43 a 18 puntos de desventaja, y se suma a otras dos pifias que le costaron caro a Pedrosa: la del cable roto en Alcañiz y la del calentador enganchado a su rueda delantera en Misano 2012.
El primero de esos dos fallos está fresco en la memoria. Fue el del toque involuntario de Marc que cortó un sensor y dejó a su compañero sin control de tracción lo que le hizo salir por orejas nada más dar gas. Mientras el resto de marcas tenían duplicado y mejor protegido ese sensor, en Honda no y les costó que les quitaran los puntos en el Mundial de Constructores conquistados con la victoria de Marc en esa carrera. El de agosto del año pasado, fue surrealista A Pedrosa se le quedó enganchado en la parrilla el calentador de la rueda delantera al bloquearse el eje y eso le llevó a la última posición y a un intento de remontada que le mandó al suelo, con la ayuda de un toque de Barberá. Por más que en Japón reprodujeron la situación con innumerables simulacros, el problema no se repitió y no supieron qué pasó.
En Australia chocó mucho que en el box de Pedrosa sí hicieran bien las cosas, entrando en la nueve, y que en el de Márquez se creyera que podían dar diez vueltas completas y entrar en la undécima. El rostro de preocupación de Santi Hernández, jefe de mecánicos del ilerdense, reflejaba en el regreso a pista de su piloto que no se habían hecho bien las cosas y Nakamoto entró en estado de shock al ver que no entraba cuando lo hacía Lorenzo, al completar la vuelta diez. El nipón asumió que no había habido una buena comunicación desde el equipo al piloto, porque en la pizarra le pusieron ‘L1’ y ‘L2’ en vez de BOX y, cuando apareció el mensaje de BOX, ya era tarde porque empezaba la undécima.
Suppo asumió la culpa: “Ganamos y perdemos juntos. En esta situación la responsabilidad debe recaer sobre el ‘team principal’, es una responsabilidad mía. Ha sido un malentendido con el número de vueltas que había que hacer y, obviamente, el mayor perjudicado ha sido Marc. Era la primera vez que se hacía una carrera bandera a bandera con una entrada obligada. Pero en cualquier caso es injustificable. Pedrosa ha entrado antes y ha funcionado de otra manera porque somos un equipo con dos pilotos y dos estructuras independientes. Pero al final si hay un error del equipo la responsabilidad es mía. Evidentemente, la regla estaba clara para todos, salvo para nosotros. Lo que no sabíamos es que la sanción por no cumplir la norma era una bandera negra”. Al menos a Honda le queda el consuelo de poder quitarse la espina este mismo domingo y justo en su carrera de casa, Motegi. Allí no caben más errores.