Suecia, en la variedad está el gusto
Elias Andersson combinó con Gustav Engvall para marcar el primer gol de Suecia en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA. En este caso se trata de dos muchachos de cabello rubio, ojos azules y nombres muy suecos, pero enseguida quedó claro que el combinado que representa al país escandinavo en EAU es cualquier cosa menos un conjunto homogéneo. No en vano, entre los 21 integrantes del plantel hay futbolistas que proceden de once países distintos y con raíces en lugares tan lejanos entre sí como Seúl y Kampala o Banjul y Tirana.
FIFA.com te invita a conocer un poco mejor a una selección sueca rebosante de una diversidad que se combina a la perfección sobre el terreno de juego.
La historia comienza con Valmir Berisha. Nacido en Albania, el joven futbolista se fue a vivir a Suecia con su familia cuando tenía dos años de edad. “Como equipo es importante para nosotros contar con distintos tipos de jugadores” asegura el dorsal nueve de la selección sueca, que ya ha marcado cuatro goles en el certamen y se prepara para medirse a Nigeria en una semifinal que se disputará en Dubái.
“Los jugadores suecos son conocidos por su fuerza y rapidez”, continúa Berisha. “Pero cuando a eso le sumas la habilidad técnica de jugadores de los Balcanes como yo y todo lo bueno que aportan los jugadores africanos con su potencia y su técnica obtienes un equipo que puede hacer daño en muchos frentes”, explica.
Albania está muy presente
Gentrit Citaku también tiene raíces albanas y un perfecto pase suyo sirvió para que Erdal Rakip, de origen turco, anotase con elegancia y abriese el camino de la victoria sueca frente a Honduras en cuartos de final. Todo indica que esta no será la última vez que el sorprendente Rakip, que ya ha debutado con el primer equipo del Malmö, uno de los grandes de la liga sueca, se enfunde la elástica del combinado nórdico.
Carlos Strandberg, alto, potente y de tez oscura, ha jugado todos los partidos de Suecia saltando desde el banquillo como suplente. “Mi madre es de Portugal y tiene raíces mozambiqueñas. El apellido Strandberg viene de mi padre, que es sueco”, explica a FIFA.com el jugador en alusión a su procedencia.
“En este equipo hay jugadores de todo el mundo y eso es muy positivo para nosotros”, añade el tímido Strandberg, que se asoció con Anton Saletros, hijo de un inmigrante húngaro, para lograr el gol de la victoria contra Honduras. El tanto llevó la firma del fantástico Berisha, que se volvió loco en la celebración. “Todavía no sé qué fue lo que hice tras marcar el 2-1”, declara en referencia a los botes y el baile que siguieron al golazo de tacón que anotó en Al Ain. “¡Tuve que ver el resumen en televisión para descubrirlo!”, exclama.
En semifinales pese a la lesión de Ssewankambo
Independientemente de sus raíces, la selección sueca tiene una fantástica química, humildad, buen humor y, sobre todo, capacidad de recuperación. A los 15 minutos de su debut en la cita emiratí, el combinado escandinavo perdió por lesión a su centrocampista más brillante, Isak Ssewankambo, originario de Uganda. A pesar de la baja de uno de sus mejores jugadores, que ya ha firmado un contrato profesional con el Chelsea, el conjunto sueco se rehízo y siguió adelante con paso firme.
“Este equipo cuenta con un fondo de armario asombroso”, asegura Roland Larsson, el seleccionador, que ha hecho en todos los partidos las tres sustituciones a las que tiene derecho. “Disponer de esa posibilidad es fantástico para un entrenador”, explica el técnico.
La defensa de Larsson está liderada por Noah Sonko, un espigado central con raíces en Gambia, un país del África occidental no lejos de Nigeria, el próximo rival de Suecia en el certamen mundialista. “No me preocupan en absoluto”, responde imperturbable el zaguero cuando se le inquiere sobre la velocidad y creatividad de la línea atacante de Nigeria, que suma veinte goles en cinco partidos en el certamen. Uno se pregunta si sus compañeros de la defensa, los gemelos Sebastian y Johan Ramhorn, cuya madre es coreana, se sentirán igual de tranquilos cuando vuelvan a enfrentarse a la temible selección africana, con la que ya se vieron las caras en la fase de grupos.
Ali Suljic y el rápido extremo Mirza Halvadzic son originarios de Bosnia, mientras que Christer Lipovac tiene raíces croatas. Por las venas del portero Sixten Mohlin corre sangre de Holanda y de Cabo Verde, un archipiélago ubicado en el Océano Atlántico frente a la costa noroccidental de África. Y la historia continúa y continúa. Hasta el personal médico del equipo tiene raíces italianas. Sin duda, la gran familia que forma el combinado sueco está dando un nuevo sentido a aquello de que en la variedad está el gusto.