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Morelia vence en penales al Atlas y conquista la Copa MX

Morelia-Campeon-Copa-MX-051113La corona de Morelia cobró legitimidad este martes, una corona a la que le faltaba un título para que el equipo michoacano luzca como un verdadero Monarca.

La escuadra Purépecha se alzó con la Copa MX y se convirtió en un Campeón con mayor valía gracias a la resistencia que opuso un valiente y heroico Atlas que perdió de forma estoica la Final en penales después de empatar 3-3 en tiempo regular.

Un encuentro épico, digno de cualquier canto juglar que alabe al mayor de los Reyes y al mejor de los monarcas. El Estadio Morelos de la antigua Valladolid vibró como pocas veces en su historia, con un partido dramático, tenso. Indignante sería ponerle cualquier otro adjetivo, simple y sencillamente, ambos equipos mostraron que el certamen copero tiene mucho por ofrecer y, de momento, es Morelia el que se lleva la gloria y el medio boleto a la Copa Libertadores de América 2015 después de vencer por 3-1 en penales de la(s) mano(s) de un inspirado Federico Vilar.

Probablemente sea justo y sensato dividir el encuentro en periodos bien definidos. Morelia desplegó su futbol en los primeros minutos que, sin ser espectacular, trató con la punta del botín y semejante desprecio a un Atlas que fue absorbido por la situación, lo que originó que, apenas a los 6?, Jefferson Montero aprovechara un error de la zaga e hiciera jugada individual en el área para abrir el marcador.

El gol despedazó el ímpetu tapatío y el marcador no tardó en volver a moverse. Fue a los 13′, por conducto de Édgar Andrade, quien sacó una hermosa parábola para techar al portero Pinto y decretar el segundo en el tanto. Solamente había un equipo en el terreno de juego, los reyes dominaban a placer a sus súbditos rojinegros, prácticamente sin respuesta. Irónicamente, desde el seno real se originó la jugada que fomentó una insubordinación tapatía. Carlos Morales detuvo con la mano un potente disparo de Matías Vuoso que estaba a un par de metros de entrar a la portería. El árbitro no dudó en expulsar al zaguero Michoacán a los 38′.

El encuentro tomó el rumbo y los reflectores giraron hacia Omar Bravo en los siguientes minutos. Genio, figura, ilusión y desesperación, héroe y villano, el delantero de “La Academia” cobró de forma magistral el penal para darle aliento a su equipo para que, ya cuando el árbitro se llevaba a la boca el silbato para mandar a descanso, el ex de Cruz Azul diera una patada a Enrique Pérez y recibir su segunda tarjeta amarilla. La cubeta de agua fría hacía ya su tarea sobre un Atlas que sentía tener al alcance el título.

Pero los dirigidos por José Luis Mata se enfocaron en retener su momento. Era su oportunidad para acabar con décadas de sequía, de penumbra futbolística, en la incómoda posición de hazmerreír del futbol mexicano, y no la iban a dejar escapar. Para la segunda mitad, Atlas no ofreció un juego técnicamente ejemplo para cualquier academia, tampoco lució individualmente, pero lució ese “algo” que hizo tambalear el reino Purépecha.

Con el ingreso de elementos como Amaury Ponce y Gregorio Torres, los Zorros agarraron el camuflaje, lo pusieron en sus mejillas; cuchillo y armas en posición, apretaron los dientes, cerraron los ojos y se lanzaron hacia su propio destino con la idea de dar el alma de Colomos para revertir la situación. Su recompensa no tardó en llegar. A los 51′ Matías Vuoso culminó un latigazo con un diparo cruzado para dar cuenta de Federico Vilar y empatar el encuentro.

La felicidad atlista duró apenas 120 segundos. Jefferson Montero y Héctor Mancilla querían eliminar cualquier vestigio de guerrrero que tenían enfrente y a centro del primero, el segundo con la cabeza volvió a poner un golpe sobre la mesa para el Monarca.

Fieles a su tradición, a sus costumbres poco ganadoras pero sí muy dramáticas, “a lo  Atlas”, los rojinegros volvieron al ataque e hirieron a los locales otra vez, apenas cuatro minutos después del empate con un gol tan antológico como el partido mismo de Lucas Ayala, quien prendió de primera intención la pelota desde fuera del área para cerrar los cartones en el tiempo regular. Una vez más, el Atlas recobrara su esencia mística de ofrecer partidos inolvidables, como aquella Final del Verano de 1999 ante Toluca, resuelta en penales, una definición marcada incluso en la historia dorada del futbol mexicano, y fue gracias al subcampeón tapatío, y esta fue una tradición que no quisieron romper este martes los visitantes.

Después de lucha, esfuerzo, goles, errores, expulsiones y una lluvia torrencial, este encuentro estaba destinado a terminar en penales para redondear el dramatismo. Morelia, ya con los brazos abajo, agradecía la tanda y sería Federico Vilar quien se consagraría como el Monarca mayor, al anotar un penal y atajar tres (Vuoso, Cufré y Ayala) para que, de esta forma, darle a los michoacanos el primer título de Copa de su historia y dejar en la época de vacas flacas a un Atlas que sigue en el abismo, un limbo carente de títulos del cual, parece, ni siquiera Dios sabe dónde, cómo y cuándo acabará.

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