Alerta roja en Indiana: Atlanta domina la serie con justicia
Indiana confirmó que tiene un problema al que debe poner fin con la mayor brevedad posible. De lo contrario, su sueño de lograr algo verdaderamente grande en estos playoffs acabará por convertirse en una auténtica pesadilla. En el traslado de la serie aAtlanta, los Pacers volvieron a ofrecer una muy triste imagen. Los Hawks siempre dieron la sensación de tener el partido bajo control, y en cuanto mejoraron sus porcentajes de acierto acabaron por confirmar que el tercer partido de la eliminatoria sería suyo. Lo fueron madurando hasta el 98-85 final.
La derrota no solo deja a remolque (1-2) a los deVogel (ratificado en su cargo en las horas previas por el general manager de la franquicia, Kevin Pritchard), sino que enciende todas las alarmas en Indiana. Una eliminación en la primera ronda ante un equipo que no ha alcanzado el 50% de victorias en liga regular traería consigo una serie de tan impredecibles como catastróficas consecuencias. Acabaría por dinamitar un vestuario cuya química está más que en entredicho.
Los síntomas de la crisis pacer se observan a simple vista. Las caras de abatimiento, desolación extrema, mirada perdida o impotencia de los jugadores no dejan lugar a dudas: ladesconfianza se ha apoderado del roster. Nadie mejor que Roy Hibbert para ilustrar lo descrito en las líneas anteriores.
El pívot parece el fantasma del jugador que asombró al mundo durante las pasadas Finales de Conferencia ante los Heat o que durante los primeros meses de la presente temporada aparecía como el único candidato a ganar el Premio al Mejor Defensor, el cual finalmente fue a parar a Joakim Noah con todo merecimiento. Tras cometer su tercera falta a 5:30 de la conclusión del tercer cuarto fue sustituido. Ya no regresaría más al partido. Actuó como un inofensivo gatito dentro el imponente y atlético cuerpo de la torre de 2,18 de altura que es. Cierto es que, dadas las características de sus homólogos hawks, está llamado a sufrir en defensa. Sin embargo, esto no justifica que no sea capaz de capturar un solo rebote en su propio aro de los 52 lanzamientos errados por Atlanta. En ataque registró un paupérrimo2/9 en tiros de campo, fallando ganchos a menos de un metro de la canasta. Y lo peor, no realizó ningún tipo de acción posterior que le permitiera poner remedio a su frustración. Algo que cualquiera que haya jugado a este juego entenderá de lo que hablo.
Por su parte, los de Mike Budenholzer ofrecieron sensaciones totalmente opuestas. En todo momento se vio a un equipo trabajando en pos de obtener un beneficio común. Paul Millsap(14 puntos y 14 rebotes) sostuvo a los suyos durante la primera mitad (39-38), como David West hizo en los visitantes. Tras la reanudación, DeMarre Carroll, secó a Paul George (12 puntos con una serie de 3/11 en tiros campo) y Kyle Korver tomaron el relevo y abrieron la primera brecha en el marcador (50-42). En el último periodo un triple (Atlanta anotó diez en los segundos 24 minutos) de Shelvin Mack ponía el 72-60 en el marcador de un Phillips Arena que gozaba con los suyos.
Fue entonces cuando entre Lance Stephenson (21 puntos, 13 rebotes y cuatro asistencias) yLuis Scola (17 tantos) dieron un empujón (79-75 a 6:28 para el final) que parecía indicar el resurgir de Indiana. Nada más lejos de la realidad. Entonces apareció Jeff Teague para anotar11 de sus 22 puntos en los cinco últimos minutos. Aderezó su gran actuación con diez asistencias que compensaron su 35% (7/20) de acierto.
Como sucedió en los dos anteriores duelos, el ganador del tercer cuarto acabó por llevarse el triunfo. El cuarto partido (este sábado a las 20:00) se antoja fundamental. Atlanta intentará volver a imponer su intensa defensa para obligar a un bloque como Indiana a recurrir a las individualidades y a forzar una mala selección detiros. Ver a Larry Bird cariacontecido de nuevo sería la mejor noticia para los Hawks.
No obstante y pese a las muy malas sensaciones transmitidas en el primer y tercer partido, sería de locos dar por acabados a los Pacers. Son en estos momentos cuando los grandes equipos deben dar un paso al frente. Y, por lo menos hasta el All-Star, este equipo lo fue.