LeBron y Wade acaban con Indiana en el último cuarto
Sólo doce minutos. Ese es el tiempo que necesitaronLeBron James y Dwyane Wade para acabar con el gran juego coral de los cinco titulares de los Indiana Pacers (todos hicieron diez o más puntos, por nueve de todo su banquillo junto), con el partido superlativo de Lance Stephenson (23 puntos), empatar la final del Este y robar el factor cancha. Entre los dos heatslograron 22 tantos en el último cuarto (12 LeBron y 10 Wade) por los 15 del equipo local. Ellos dos solos sostuvieron y alzaron a los Heat, ya que ninguno de sus compañeros logró superar los diez puntos, a excepción de Cole (11). Ni Bosh alcanzó la decena.
“Esta noche volvimos a realizar el juego de Miami, fuimos agresivos”, señaló LeBron al finalizar el encuentro. Y, la verdad, es que el cuatro veces MVPde la NBA tiene toda la razón. Miami, que no ha perdido los dos primero partidos de una serie desde la primera ronda de 2010 ante los Boston Celtics, supo aguantar primero y luego superar las embestidas periódicas y muy dolorosas de los Pacers.
Porque después del primer encuentro de la serie, Indiana vio lo que era un hecho. Tiene un equipo formado para jugar de tú a tú contra los Heat. Ha sido formado para ello. Pueden pasarlo mal contra Atlanta, Washington…, pero tienen todos los elementos para luchar contra los de South Beach en igualdad de condiciones e incluso superiores, sino fuera porque Miami tiene al jugador más determinante de la los últimos años, LeBron James. Los Pacers tienen jugadores rápidos y fuertes que pueden responder al small ball que plantea Spoelstra, además de poder defender por potencia a King James y sus principales hombres en la zona, West yHibbert, son mucho mejores que Bosh y Haslem.
Y con esos elementos saltaron a la cancha los hombres de Vogel. Con un tapón a Bosh y un triple de Stephenson en los primeros compases, marcaron territorio. Hibbert (volvió a hacer un doble doble, hecho que no lograba desde el 21 de marzo ante Chicago) y West dominaban la zona en el primer cuarto y la agresividad pacers unida a las segundas opciones por el control del rebote ofensivo sólo podían ser contrarrestadas por la valentía de Wade, hasta la salida deAndersen (12 rebotes). Su trabajo sucio durante todo el partido fue glorioso y clave para que la escabechina interior no fuera un escándalo.
Su unión con Bosh en la cancha es la única opción posible para poder contrarrestar la zona de Indiana. Ellos dos dejaron en nada el buen trabajo en el primer cuarto de los locales, que casi doblando en rebotes a Miami (15 de los locales, con 6 ofensivos, por 8 de los visitantes) sólo pudieron iniciar el segundo con un punto de ventaja (21-20).
Ante esta situación tan extraña, los nervios aparecieron en los Pacers en los segundos 12 minutos. Las perdidas locales, el ejemplo claro del nerviosismo, permitieron coger diferentes ventajas a Miami (27-29, a 8:35; 33-41, a 1:26). Paul George fue la imagen de esas malas sensaciones. El allstar tuvo su peor ejecución de tiro de su carrera en una primera mitad. Logró sólo un acierto en sus once intentos. Su equipo lo notó y una canasta de Stephenson con 0,1 segundos para llegar al descanso, lavaron un poco la imagen de ese mal segundo cuarto (37-41).
El escolta fue un torbellino durante todo el encuentro y el tercer cuarto fue su mayor coto caza. La confianza desbordaba cada uno de sus tiros. Daba igual desde donde lanzase. Todo entraba. En el último segundo, desde casi su campo… él fue el autor de 10 de los 26 puntos de los Pacers en este periodo, necesarios para lograr igualar el marcador al finalizar el penúltimo periodo (63-63), mientras que en Miami se iba gestando lo que iba a ocurrir en el último y definitivo acto: LeBron James empezaba a carburar. No tanto de cara al aro rival, pero si en el dominio y en la lectura del juego.
Y así, como quien no quiere lo cosa, poco a poco, el ‘Rey’ James fue dominando el partido. Veía el encuentro como nadie. Pases abiertos a sus compañeros en la línea de tres que destrozaban el aro de Indiana, penetraciones, lanzamientos desde dentro y desde fuera… una a una, sus decisiones iban cambiando el signo del encuentro. Del 70-67 del minuto ocho al insalvable 77-84 cuando sólo falta un minuto y medio par finalizar el encuentro, gracias a una canasta de su Pippen, Wade, con asistencia suya.
La derrota final deja un sabor a oportunidad desaprovechada a Indiana, en un partido muy igualado con 21 cambios de liderato y siete empates, que ahora deberá viajar a Miami con el objetivo de recuperar el factor cancha, venciendo en uno de los dos partidos en Florida.