El fichaje bomba del Barça es Luis Suárez
Si Neymar fue el fichaje mundial del verano 2013, Luis Suárez está en camino de ser el de 2014. El delantero uruguayo es la bomba que prepara el Barça para dar un golpe en la mesa tras firmar una temporada en blanco.
Mundo Deportivo ya informó esta semana que el club azulgrana tenía entre ceja y ceja la contratación de un delantero de referencia mundial y que Suárez era uno de los candidatos junto a Higuaín, Van Persie, Hazard, Agüero y Reus. Según ha podido saber MD, el crack del Liverpool es el elegido y la noticia de última hora es que la negociación está ya en una fase muy avanzada.
En su última renovación con el Liverpool, en diciembre pasado, Suárez firmó hasta 2018 y una cláusula liberatoria de 85 millones de euros, que se rebaja notablemente -unos 20 millones- cuando es el Barça o el Real Madrid el que llama a su puerta, como es el caso. El fuerte interés ‘red’ por el azulgrana Alexis Sánchez es una clave determinante que juega en favor del Barça, como explicamos en estas mismas páginas.
Luis Suárez es el fichaje más deseado del mercado. En el ámbito barcelonista, no hay un candidato que genere mayor consenso entre todos sus sectores: evidentemente gusta a los técnicos que lo conocen perfectamente desde hace años, también a los directivos que ven en su figura un efecto revulsivo tras una temporada sin títulos y, naturalmente, a una afición que reclama la llegada de un primer espada indiscutible tras los fichajes ya cerrados de Marc André Ter Stegen, Ivan Rakitic y Claudio Bravo, todos ellos buenos refuerzos pero muy lejos del tirón del charrúa.
Fichar a Luis Suárez hoy implica una apuesta global de club, que va más allá de una recomendación técnica. Significaría formar sin duda la mejor delantera del mundo, con Leo Messi y Neymar.
La inversión será evidentemente muy fuerte, porque el delantero de 27 años es el actual Bota de Oro europeo junto al madridista Cristiano Ronaldo gracias a sus 31 goles en Inglaterra, porque está en la agenda de otros grandes de Europa y porque pertenece a un club, el Liverpool, que quiere asaltar de una vez por todas el título de la Premier League tras quedarse a las puertas esta temporada.
Ése es precisamente uno de los encantos de Luis Suárez: su hambre voraz de gloria. Se le vio llorar sobre el césped el día en que intuyó que se escapaba el título de campeón de la Premier tras convertirse un 0-3 ante el Crystal Palace en un 3-3. Suárez suma 82 tantos en 133 partidos con el Liverpool, pero las Copas siguen resistiéndose. Ese deseo de palmarés es el que pide la regeneración de un Barça que vuelva a ilusionar al Camp Nou.
Suárez debutó ayer a lo grande en el Mundial. Tras ser objeto de una artroscopia el pasado 22 de mayo, sus ganas de participar en un escaparate de primer nivel le han animado en su recuperación. Tanto, que nadie esperaba el recital que protagonizó ayer precisamente ante Inglaterra. Sus dos goles le convertirán en un personaje más antipático en las islas para aquel que no sea del Liverpool.
Familia en Castelldefels
Los años pasan y el palmarés de Suárez sigue yermo. El Barça sería el trampolín hacia la gloria para él, que cuenta con una ventaja añadida: su integración. Su familia por parte de esposa reside en Castelldefels y su representante es Pere Guardiola, hermano de Pep. No es extraño que Luis hace un año dijera que “en mis afectos estoy próximo a Barcelona”.
Mientras, el Real Madrid quiere este año que Suárez sea su galáctico, tras la consecución de la Décima. El presidente blanco, Florentino Pérez, ya lo tuvo en su pensamiento el verano pasado cuando el Barça se le adelantó en el fichaje de Neymar.
Finalmente, prefirió pagar los 100 millones de euros que el Tottenham le pidió por el galés Gareth Bale, que fue quien hace un año le arrebató el billete a Madrid a Luis Suárez.
