Howard, la voz de la experiencia
Tim Howard es un portero intenso y visceral. El guardameta estadounidense da rienda suelta, a todo pulmón, a su incontenible verborrea en el fragor del juego. “Todo eso forma parte de mi personalidad en el área”, comenta sobre la dominante presencia física y arrebatos de los que hace gala con el Everton y con su selección nacional. Por tamaña incontinencia verbal, cuesta creer que, como comentarista, sus reflexiones ante los micrófonos de televisión sean tan finos y comedidos, tan agudos y perspicaces.
En este punto de su carrera futbolística, Howard se ha convertido en todo un maestro de su oficio bajo palos. Pero, a sus 35 años, ha decidido iniciarse en otro arte muy diferente: el de las retransmisiones deportivas.
“Me ponía tan nervioso cuando empecé en esto”, comentó acerca de su primera temporada como comentarista de la Premier League inglesa para NBC Sports. “No sabía si en realidad me gustaría o me saldría mínimamente bien. He sido el primero en comentar un partido de la misma liga en la que todavía estoy jugando”.
Al principio, la colaboración de Howard en las retrasmisiones futbolísticas despertó recelos. ¿Se trataba de un conflicto de intereses? ¿Puede un futbolista tan decisivo para las aspiraciones del Everton mantener la concentración mientras compagina empleos tan diferentes? Roberto Martínez, el entrenador que la temporada pasada guió a Howard y a los Toffees hasta el quinto puesto en la clasificación de la liga, tiene la respuesta. “Me parece bien que Tim se dedique a esto”, aseguró el técnico español, quien también participa ocasionalmente en programas de televisión. “Nunca se desconcentra ni se distrae. Es un líder nato. Su comprensión del juego y sus conocimientos, junto con su dedicación y su empuje, son contagiosos”.
Para esta temporada, el ex guardameta del Manchester United ha aligerado su carga de trabajo. Howard ha decidido tomarse un año sabático de la selección de Estados Unidos para pasar más tiempo con sus hijos. No ha sido una decisión fácil para este futbolista que acumula 104 partidos internacionales y que se ha convertido en toda una estrella en su país por sus actuaciones en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Especialmente tras el recital de paradas, un total de 16, que Howard ofreció en el partido contra Bélgica, el portero se ha erigido en el favorito de todo tipo de simpáticas bromas por Internet y, sobre todo, en un hombre muy querido por los aficionados, hasta el punto de que uno de ellos llegó a nombrarlo Ministro de Defensa de Estados Unidos en la Wikipedia.
Club, platós y un libro
El arquero se concentrará este año en conquistar para el Everton el pase a la Liga de Campeones de la UEFA, una clasificación que al equipo se le escapó por los pelos la temporada pasada. También piensa seguir adelante con su incipiente carrera de comentarista en las cabinas de prensa y en los platós televisivos de Estados Unidos. Además, acaba de escribir su autobiografía para la editorial HarperCollins. Se titula The Keeper (‘El portero’) y se pondrá a la venta en diciembre.
Howard, quien ha tenido que lidiar toda la vida con un trastorno neuropsiquiátrico, el síndrome de Tourette, sigue poniéndose nervioso antes de colocarse los cascos y agarrar el micrófono. “Hay mucha presión en la cabina de prensa”, reveló para negar que se sienta aliviado de encontrarse, al menos de vez en cuando, lejos de la línea de meta. “No es comparable a ser responsable de una victoria o de una derrota, pero también tiene sus presiones. En cierto sentido, se parece muchísimo a un partido de fútbol: quieres entregarte al máximo y quieres que te salga todo perfecto”.
Los cometarios de Howard, en claro contraste con el espectáculo frenético y vociferante que ofrece en el área penal, son sensatos y muy comedidos. Como todo buen competidor que entra en un nuevo equipo, sabe muy bien qué se espera de él. “Pongo en contexto cuanto acontece”, explica, dejando claro lo que un jugador en activo, que conoce a la perfección las interioridades de la liga inglesa actual, debe sumar a una retransmisión futbolística.
Sabe a qué huele el túnel de Anfield o de Old Trafford, no hace diez o veinte años, sino ahora mismo. Se ha enfrentado a los jugadores sobre los que habla, y en pocos días volverá a verse las caras con ellos. Pocos podrían igual su aportación.
Howard confiesa que desea jugar en el próximo Mundial, que se celebrará en Rusia en 2018. Para entonces habrá cumplido 39 años. Pero ya ha demostrado su capacidad para triunfar en ocupaciones muy distintas: escritor, guardameta, capitán, comentarista, ¿por qué algo tan sencillo como una cuarta participación en el Mundial podría suponer un problema para un hombre tan polifacético?