El samurai Márquez se corona en casa de Honda

Marc Márquez coronó su excepcional segunda temporada en MotoGP conquistando el título en Motegi, circuito propiedad de Honda, y revalidando su corona de campeón con una carrera tan impecable como su campaña. Dejó que Jorge Lorenzo, con mejor ritmo, se fuera a por su segundo triunfo consecutivo de la temporada y sometió a sus dos verdaderos rivales en esta carrera, primero a Dani Pedrosa y después a Valentino Rossi para concluir segundo y ser ya inabordable en la tabla.

Márquez ya es el primer bicampeón español de la categoría reina, el más joven de la historia a sus 21 años, cuatro títulos mundiales en cinco temporadas con los que está cimentando su leyenda de ‘fuera clase’, como le ha bautizado el genial Valentino Rossi.

Marc no necesitaba la advertencia de su presidente Ito-san días previos al Gran Premio. Tenía clarísima su obligación, tenía por delante una oportunidad única en la vida: coronarse en casa de Honda, algo que nadie de la casa había conseguido antes, ni Spencer, ni Doohan, ni Gardner, ni Lawson ni el propio Valentino Rossi, todos leyenda del motociclismo. El chico todo corazón y garra se mueve en los límites siempre, pero cuando decide que ha llegado la hora de la verdad siempre cumple, siempre. No hay espacio para el error en ese momento.

Este 3+1 ha sido diferente a los demás. Para los títulos de 125cc (2010) y moto2 (2012) necesitó dos match-ball; el año pasado, su año de ‘rookie’ en categoría estrella, hasta un tercero. Cuando no siente la verdadera presión se deja llevar, queda margen, pero cuando toca amarrarlo no le importa dejar de ser fiel a si mismo durante menos de una hora de trabajo. Abre la mente y se concentra en lo importante, el título. Hay que tirar de cabeza, dejarse de florituras y de riesgos innecesarios. Si no se puede ganar la carrera no pasa nada y en un año donde lleva ya 11 triunfos qué más le daba si no ganaba en Motegi.

Márquez ya es leyenda MotoGP tras una campaña con 10 triunfos seguidos de salidas y 11 a falta de otras tres carreras que le ponen en bandeja la opción de reescribir el récord Guinness de MotoGP, pero eso será a partir de ahora una vez atado, y bien atado, su segundo título MotoGP en otras tantas temporadas y ganarse ya la etiqueta de imbatible.

El único momento de tensión en Motegi se vivió en la primera curva de la carrera en la que un impetuoso Jorge Lorenzo, que por una vez no salió bien, se tocó con Márquez. Valentino Rossi tomó la iniciativa con Dovizioso a rebufo. A Marc le costaron esas primeras vueltas, pasó séptimo por la primera curva, todos sus rivales directos por delante. Pero se sabía con ritmo, era cuestión de calentar neumáticos. Quinto al paso por la primera vuelta ya por delante de Dani Pedrosa. Con Andrea Dovizioso empleó cinco vueltas antes de superarle y ponerse tercero a espalda de las dos Yamaha, ya Lorenzo por delante de Rossi.

Márquez se vio sorprendido por el ritmo de Valentino Rossi, sabía que andaba parejo a Lorenzo pero el ‘Dottore’ se sacó un ritmo increíble de la manga. Pasarle nunca es empresa fácil, es el piloto que más tarde frena y a sus 35 años y nueve títulos mundiales nadie le puede enseñar nada de este oficio. Fue el único que realmente intentó mantener el campeonato abierto. A 9 vueltas para el final llegó el primer intento de Marc, en paralelo con el de Tavullia, pero no pudo consolidarlo. Una vuelta después le ganó la posición definitivamente.

Y ahí empezó la carrera contrareloj de Lorenzo, Márquez, Rossi y Pedrosa, a un ritmo brutal presionándose para buscar el error del piloto de delante. Nada cambió. Lorenzo mantuvo la iniciativa hasta el final con Márquez aguantando el acoso de los hombres que ahora comparten el subcampeonato virtual, Rossi y Pedrosa. Sus rivales le hacen aún más grande y le han llevado en dos años a alcanzar un nivel estelar.