Deschamps: “Somos competitivos, pero de ahí a ganar un título”
Perder en cuartos de final por el mínimo margen ante el futuro campeón del mundo puede parecer frustrante. Sin embargo, para Didier Deschamps, seleccionador de Francia, caer en esa fase de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ contra Alemania no supuso ninguna amargura. Lo cierto es que los Bleus venían de lejos, tras una prestación desastrosa cuatro años antes en Sudáfrica y una clasificación para la prueba brasileña obtenida por muy poco, en la repesca.
El técnico, campeón del mundo como futbolista ante su público en 1998, considera que era demasiado pronto como para poder soñar con el trofeo. En cambio, conquistar la UEFA EURO 2016 en tierras francesas representa, más que un sueño, un objetivo. Con motivo de un semanario para los seleccionadores y directores técnicos de las asociaciones miembro de la UEFA en San Petersburgo, el entrenador nos habla de las lecciones del Mundial de 2014 y anuncia sus ambiciones de cara a la próxima Eurocopa.
Didier Deschamps, ¿qué lecciones extrae de la conferencia para seleccionadores y directores técnicos europeos? En su opinión, ¿cuáles son las principales tendencias tácticas y técnicas?
Un fútbol bastante ofensivo. Lo importante es que vimos en todos los partidos un ritmo elevado, y la capacidad de los jugadores de repetir carreras de gran intensidad. La técnica sigue siendo lo que marca diferencias, pero a día de hoy, en una competición así, los elementos atléticos son importantes. Creo que el jugador moderno tiene que ser un deportista de muy alto nivel y poder repetir esfuerzos a una intensidad muy alta durante todo el partido.
La Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ ha sido su primer torneo internacional como seleccionador. ¿Qué le pareció la experiencia?
Ya la había vivido como futbolista, pero como entrenador y seleccionador es diferente, no puede ser de otro modo, ya que en este caso hay que pensar en muchas más cosas. Por supuesto, los resultados siguen siendo lo más importante, pero es también una aventura humana, ya que pasamos con el conjunto del grupo, los jugadores y el cuerpo técnico, seis semanas juntos. Forzosamente, al elegir a los hombres, eso también es importante, más allá de las cualidades futbolísticas que puedan tener los jugadores. El criterio de la aptitud para poder convivir durante tanto tiempo seguido es algo importante, cómo no.
Paul Pogba, Antoine Griezmann o Raphaël Varane son buenos ejemplos de los jóvenes de talento que tiene a su disposición. ¿Hasta qué punto le impresionaron durante el Mundial?
Impresionaron, no lo sé. Pero es cierto que son jugadores jóvenes. De los 23 jugadores convocados, tenía a nueve menores de 25 años. Por lo tanto, aunque esos tres jugadores militan en grandes clubes europeos, para ellos era la primera experiencia de disputar partidos de clasificación. Es importante. Vivir una fase final como una Eurocopa o un Mundial acelera la madurez, y les permite tener más experiencia, curtirse. Y, con vistas a la Eurocopa de Francia en 2016, los jugadores que han vivido este Mundial tendrán una experiencia suplementaria.
¿Su equipo progresa al ritmo que usted desea? ¿En qué ámbitos puede seguir mejorando aún?
Evidentemente, todos los equipos progresan, el mío también. Los jugadores se conocen mejor. Insisto: tenía a muchos jugadores jóvenes. La experiencia no se puede adquirir así, de la noche a la mañana. Hace falta tiempo, y quizás haya otros jóvenes que puedan incorporarse en el próximo torneo. Y la dificultad que entraña el alto nivel, como en el Mundial o la Eurocopa, es que todo se decide en detalles. Hacer los gestos correctos en el momento adecuado, la capacidad que deben tener los jugadores de afrontar el torneo… Porque, evidentemente, hay una presión importante. Y, por supuesto, haber vivido uno ayuda a sobrellevar mejor todo lo que sucede.
En sus primeros partidos después del Mundial, han jugado contra España (1-0) y en Serbia (1-1). ¿Qué balance hace usted?
El partido contra España era un partido de prestigio, suponía la ocasión de retomar el contacto con el público francés, porque, después del Mundial, era el partido de nuestro regreso. El Estadio de Franciaestaba lleno, y conseguimos por fin derrotar a esta selección española. Para la confianza, es algo importante, y pudimos demostrar a través de ese encuentro una progresión en el juego, en el hecho de poder imponer un poco más nuestro fútbol al adversario. Fue un regreso muy positivo. Y únicamente tuvimos tres días, lo enlazamos enseguida, en Serbia, en un terreno de juego difícil y ante una selección serbia contra la que resulta muy complicado jugar a domicilio. Hice muchos cambios. Para mí era la ocasión de dar tiempo de juego al conjunto de los futbolistas, precisamente con vistas a la Eurocopa de dentro de dos años, para que todos puedan curtirse. Y para eso hace falta que puedan empezar los partidos, por supuesto.
Ustedes están clasificados de oficio, en calidad de país organizador de la UEFA EURO 2016, pero van a jugar contra los equipos del Grupo I: Portugal, Dinamarca, Serbia, Armenia y Albania. ¿Cómo abordan estos partidos?
Para nosotros no dejan de ser partidos amistosos, ya que son los únicos que tendremos hasta la Eurocopa, aunque también habrá algunos con un cartel importante. Hemos jugado contra España, vamos a jugar contra Italia, Inglaterra, Países Bajos, Alemania. Sí que estamos clasificados, pero aunque eso no cuente tenemos el objetivo de terminar primeros de nuestro grupo. Son selecciones de perfiles distintos. Conocemos mucho mejor a Portugal y a Serbia. Y luego, Armenia y Alemania son equipos que progresan. Hemos visto a Albania ganar en Portugal. Son partidos que deben permitirnos ser lo más competitivos posible dentro de dos años.
Los amistosos tienen menos chispa que los partidos oficiales. ¿Es una desventaja para preparar un torneo?
Hay aspectos positivos y negativos. Sabemos que tenemos un periodo de dos años de partidos amistosos, pero hemos optado, junto con el Presidente de la Asociación, por disputar partidos de prestigio, y jugar nuestros amistosos contra grandes selecciones europeas o mundiales. Como es lógico, resulta difícil encontrar en un amistoso los ingredientes de un encuentro de clasificación decisivo. Pero para nosotros el objetivo no es a corto plazo. Para todas estas selecciones, la meta consiste en clasificarse para la Eurocopa. La nuestra es hacer todo lo posible por ser más competitivos aún dentro de dos años.
El público francés parece estar de nuevo con su selección. ¿Era importante volver a ganarse a la hinchada?
Sí. En la trayectoria histórica, con lo que pasó en 2010 en Sudáfrica, hubo una fractura muy importante. Lo que han hecho los futbolistas dentro de la cancha ha devuelto las ganas al público francés. Ha vibrado, ha tenido ganas de vivir emociones. Es algo fundamental. ¡Y es cierto que para los jugadores es más agradable ser animados que ser odiados! Nos corresponde a nosotros, a través de cada partido que disputemos, hacer que la gente esté ahí, animándonos, que esté detrás de esta selección francesa.
Como futbolista, usted ganó el Mundial de 1998 y la UEFA EURO 2000 en dos años. Actualmente, Alemania lucha por hacer lo mismo. ¿En qué nivel de rendimiento se sitúan ustedes respecto a los nuevos campeones del mundo?
Todavía nos llevan mucha ventaja. Para llegar a este título mundial, Alemania había sido siempre semifinalista o finalista desde 2006. ¡Llevaba ocho años! La mayoría de los jugadores que disputaron la final en Brasil llevaban seis años jugando juntos. Han vivido muchas cosas, tienen una experiencia. Actualmente, Francia vuelve a ser un equipo competitivo, cierto, pero de ahí a pretender ganar un título… Es evidente que equipos como Alemania, Países Bajos o España aún nos llevan ventaja.
Francia ganó la Eurocopa en 1984 y el Mundial en 1998, las dos veces como local. ¿Puede ocurrir por tercera vez en 2016?
Es posible, sí. Tendremos ese objetivo. Todo el mundo lo espera. Pero una Eurocopa es tan difícil como un Mundial, cuando no más. Vamos a cruzarnos con las mejores naciones europeas, que rindieron a un nivel altísimo en Sudamérica. Es raro, porque es la primera vez que una selección europea gana el Mundial en el continente americano. Por lo tanto, tendremos esa ambición. Pero también hay que tener en cuenta que solamente puede ganar un equipo. Siempre es difícil, aunque vamos a prepararnos para rendir al nivel más alto posible.
Jugar una fase final en casa implica una cierta presión. ¿Es una presión difícil de asumir?
Sí, porque hay mucha pasión por parte del público, y también por parte de los medios de comunicación. No tiene por qué ser algo negativo, no es algo que deba inhibirnos, ni quitarnos confianza. Pero hay unas expectativas que son importantísimas y que, necesariamente, pueden condicionar a los jugadores. Será importante protegerlos al máximo durante los preparativos.