Wilmots: “Neuer ha hecho una temporada perfecta”
El año 2014 ha supuesto un baño de juventud para Marc Wilmots. El seleccionador de Bélgica condujo a sus pupilos a los cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA™, un torneo del que ya había disfrutado en su época de futbolista, con cuatro participaciones (de 1990 a 2002).
Marc Wilmots, ¿quién ha sido el mejor futbolista del año 2014?
En un principio, yo había votado por Arjen Robben, Manuel Neuer y Thibaut Courtois. Así que para mí es Neuer. Es un guardameta completo, en mi opinión el mejor del mundo. Ha hecho una temporada perfecta, lo ha ganado casi todo y es constante, realizando al mismo tiempo muchos progresos. Es el primero en activar el juego de su equipo, y es el arquero moderno por excelencia. Además del Bayern, con él Alemania ha ganado el título mundial. Por tanto, creo que a lo largo de todo este año que acaba de pasar se puede recompensar al que impide goles, y no siempre a quienes los marcan.
Usted fue un jugador ofensivo, ¿no se inclina más por lo que hacen Messi y Ronaldo?
Sí, por supuesto. Cristiano Ronaldo es uno de los más grandes profesionales del planeta, que marca 40 goles por temporada. El problema es que casi se convierte en una costumbre. Messi ha tenido un año más complicado, con lesiones, aunque llegase a la final del Mundial. Pero, ¿de qué estamos hablando? Son dos jugadores monstruosos, que siempre responden, que ganan títulos y que todavía son jóvenes. Desde hace unos años da la impresión de que son de otro planeta. Dicho esto, Manuel Neuer también presenta un gran balance en cuanto a estadísticas.
Cuando usted era jugador, ¿quién le impresionaba más?
Ronaldo, el brasileño. El Fenómeno, era lo mismo que Cristiano Ronaldo y Messi. Era una máquina de hacer goles, que conjugaba técnica, velocidad y constancia en sus prestaciones. Es una pena que se cebasen con él las lesiones, el tendón rotuliano que empezó a fallarle. Lo que también me impresiona de Cristiano Ronaldo y de Messi es que nunca se lesionan. Pero no es casualidad, detrás de eso hay mucho trabajo. Es una cuestión de cuidar el cuerpo, de ser profesional al 200% y de volcarse en su oficio. Todo ello con cualidades físicas y psicológicas y un talento por encima de lo común. Eso da jugadores que dejarán su impronta en la historia del fútbol.
Eden Hazard ha declarado que aspira a alcanzar ese nivel. ¿Usted qué piensa?
De momento Eden está realizando una progresión excelente, y claro que espero que su ambición sea alcanzar ese nivel. Lo único que debe hacer es ser más eficaz y más rematador. Ya demostró con el Lille que podía marcar 20 goles por temporada. Ese criterio es lo que debe servirle para progresar y ayudar a su equipo en los momentos clave. Pero lo que permite eso también es un colectivo. Eden todavía es joven, tiene 23 años y mucha ambición, eso es positivo. Es todo lo que yo le deseo.
Hablemos ahora de sus colegas. En su opinión, ¿quién ha sido el mejor entrenador del año 2014, Carlo Ancelotti (Real Madrid), Diego Simeone (Atlético de Madrid) o Joachim Loew (Alemania)?
A mí me gusta mucho Diego Simeone. Si nos fijamos en el plantel que tiene, veremos que saca el máximo de su potencial. Cuenta con un equipo bien montado, difícil de descolocar, con unos cimientos defensivos muy estables. También tiene siempre olfato para ir a buscar al delantero que necesita, como Falcao o Diego Costa, para resolver. Simeone ha triunfado donde no se le esperaba, es decir, llegar a la final de la Liga de Campeones y ganar la liga española, superando al Real Madrid y al Barcelona, no hay que olvidarlo… Ha hecho un año verdaderamente extraordinario. Y ya lleva tres años, ofrece continuidad.
En cuanto al gol más bonito, ¿tiene alguna preferencia entre los tres finalistas para el Premio Puskás de la FIFA?
Yo diría que el de James Rodríguez. El chico está de espaldas a la portería, y lo que me impresiona es ese instinto que tiene de encarar la jugada cuando recibe el balón, con el control de pecho orientado, y encadenar un tiro de volea formidable. ¡Y además en un Mundial! Era imparable. Todo fue perfecto, en la ejecución, la idea, el control. Lo que marca diferencias es que lo había leído todo, analizado todo, y tomó la decisión de hacerlo antes de recibir el balón. Por eso, sale más rápido. Esa forma de pensar más rápido que los demás es toda la belleza del fútbol, y es la marca de un gran jugador.
¿Cuál es su mayor satisfacción de este año 2014?
Nuestro estado de ánimo durante el Mundial. Ponerse en marcha con 50-55 personas nunca resulta fácil. Toda la preparación se hizo muy bien, y todas nuestras decisiones fueron sensatas. A partir de ahí, no tuvimos ningún problema con los integrantes del cuerpo técnico. Formamos de verdad un grupo que viajó para representar a Bélgica. Los egos quedaron a un lado y lo único que importaba era el colectivo. Encadenamos cuatro victorias en otros tantos partidos, algo que nunca había hecho Bélgica. Perdimos en cuartos de final contra Argentina sin que el rival nos arrollase, e incluso nos pesó la eliminación, porque habríamos podido llegar más lejos. Se volvió a poner en el mapa al fútbol belga, y con el equipo más joven del torneo. Pienso que mis chicos adquirieron mucha experiencia. También fue una confirmación de lo hecho en los clasificatorios, dos años completos, y después de esos dos años somos cuartos de la clasificación mundial, cuando antes ocupábamos la 55ª plaza. Volvimos a poner en su sitio a la selección y, sobre todo, recuperamos a nuestro público.
La vida de seleccionador es muy intensa durante un Mundial. ¿No se sintió deprimido cuando todo terminó?
No, tanto no. Era ya mi quinto Mundial, cuatro de ellos como futbolista. También he sido consultor, así que lo he visto todo desde dentro y desde fuera. He aprendido a establecer prioridades. Hay cosas que son más importantes que el fútbol, y uno puede recuperarse con su familia. De hecho, para un jugador o para un entrenador, lo más difícil cuando se consigue casi lo máximo es volver a engancharse con nuevos objetivos. Cuando volví de Brasil, fui directamente a Burdeos a buscar un lugar de concentración para la Eurocopa 2016, para avanzar y seguir mirando más lejos. La vida no se detiene aquí, seguimos con sed de victorias y ajustando todos los detalles para tener un buen rendimiento.
¿Actualmente lo más difícil es refrendar lo conseguido?
¡Siempre hay que revalidarse! Depende de varios factores: están la baja forma, las lesiones… No tenemos un núcleo de 70-80 jugadores, sino más bien de 30-35. Contamos con buenos elementos en la selección sub-21, que intentamos incorporar a la absoluta. Hace más de treinta años que no nos clasificamos para una Eurocopa y que no encadenamos dos torneos consecutivos, así que soy consciente de que va a ser difícil. Y también, durante un torneo, es una cuestión del momento. La balanza puede inclinarse por un mínimo detalle. Alemania pudo haber sido eliminada contra Argelia, que tuvo tres ocasiones y no las transformó. Yo quiero clasificarnos para la Eurocopa. Eso ya sería algo único. Pero tenemos la ambición de hacerlo mejor en ese torneo. Después de llegar a los cuartos de final del Mundial, alcanzar una semifinal de la Eurocopa sería algo excepcional.
Tener tantos talentos a su disposición debe facilitar la vida de un seleccionador. ¿A veces también la complica?
Olvidamos una cosa: fijémonos en el núcleo de Alemania, España, Italia o Francia, no tienen nada que envidiarnos. Hay muchos otros equipos que tienen talento. Se decide por la voluntad y, como siempre digo, “con el dolor del sufrimiento”. Hay que pelear hasta el límite, y eso es lo que han conseguido hacer mis jugadores, aun con su talento… El esfuerzo y el colectivo también son grandes cualidades. Yo, con once talentos, no lo consigo. Pero con un buen colectivo lo conseguiré. Sobre todo con un banquillo que piensa así. Por lo tanto, si tenemos un grupo que sigue pensando así, obtendremos resultados. Pero si pensamos solamente en nosotros mismos y en nuestro talento… El talento no basta. Deben acompañarlo el trabajo y el profesionalismo. Uno tiene que conocer bien todos los detalles de su oficio. Y también está la experiencia, que requiere tiempo. Esta generación lo tiene, disponemos de siete u ocho años.
¿Cómo ve la evolución del juego de los Diablos Rojos?
Hemos vuelto a centrarnos en lo básico, para tener unos sólidos cimientos defensivos. Hemos recibido muy pocos goles. Y con eso, los adversarios nos miran de otra manera. Nos esperan, e intentan sorprendernos al contraataque. La filosofía ha cambiado. Bélgica propone juego, es ambiciosa, se lanza a por el rival.