Las sospechas acechan a Jamaica
Este fin de semana, en Kingston, muchos de los mejores velocistas del mundo se juegan, en los ‘Trials’ de Jamaica, la plaza para los Campeonatos del Mundo de Moscú en agosto. Las exigentes pruebas de selección llegan en pleno recrudecimiento de las sospechas acerca de la política antidopaje en el país que es el mejor vivero de sprinters del planeta. Una docena y media de ellos han protagonizado casos de dopaje durante el último lustro. El último, y más doloroso por el valor de su palmarés, el de Veronica Campbell, poseedora de siete medallas olímpicas.
A Campbell se la considera el eslabón de engranaje en la cadena de éxitos que va desde la histórica Merlene Ottey al rey Usain Bolt, no en vano logró, en 2004, lo que Ottey persiguió siempre sin suerte: el oro olímpico en los 200 metros, el primero de una jamaicana. El actual dominio abrumador en el sprint internacional arrancó en los Juegos de Pekín 2008 de la mano de Bolt, pero al año siguiente ya hubo un escándalo con un positivo de cuatro atletas, entre ellos Yohan Blake, a días del inicio del Mundial de Berlín, que quedó en una sanción mínima de tres meses que permitió a Blake, dos años después, proclamarse campeón universal de los 100 metros.
Otra campeona mundial, Shelly-Ann Fraser, recibió en 2010 una suspensión de 6 meses, con atenuante por una prescripción médica. Esta semana se ha filtrado que el positivo de Veronica Campbell también podría ser considerado “infracción menor”.
Así las cosas, Jamaica ha esquivado las sanciones ‘standard’, de dos años, de sus principales solistas. ¿Y Bolt? Expediente inmaculado, pero no ha podido evitar que sospechen de él, aunque sea por la mera asociación del historial de sus compañeros de entrenamientos. Carl Lewis expresó de forma muy clara sus dudas sobre la política jamaicana de dopaje en los pasados Juegos, hablando, sin mencionarlo directamente, de Bolt al afirmar que “hay que preguntarse por qué hay atletas que en un año bajan de 10″03 a 9″69”. Victor Balco, el polémico director de la factoría BALCO, nefasta red de dopaje organizado a principos de siglo, también expresó recientemente sus dudas a la prensa