Hamilton terminó primero la calificación por delante de Sebastian Vettel y Marc Webber.
Hay pocas evidencias en esto de la Fórmula 1. Pero ahí van algunas. O no. La carrera es el domingo y en la carrera se dan los puntos y la carrera es lo que hay que ganar. Bueno sí, eso sí. Otra. El que sale delante lo tiene más fácil. O no. Esa es la esperanza de Fernando Alonso, que esa máxima a priori tan evidente no lo sea tanto. Porque el equipo Ferrari tenía claro desde el principio que sus pilotos iba a salir séptimo y octavo. Y así ha sido. Eso sí, séptimo es Massa y octavo el asturiano. Ambos salieron a la sesión clasificatoria con las medias, las ruedas más duras que ha traído aquí Pirelli con la intención de, en la carrera, hacer un primer stint más largo y poder aumentar posiciones con la estrategia.
Veremos si es la correcta. En la Scuderia han hecho muchas simulaciones para llegar a esa conclusión. Hay que tener en cuenta que de haber salido con medios, teniendo en cuenta el tiempo de Massa en la Q2 y lo que mejora la pista podrían haber salido entre los tres primeros e incluso con una vuelta milagrosa, de esas que los simuladores nunca registran, luchar por la pole. Pero… la carrera es lo que importa.
Y ahí quien partirá primero será Lewis Hamilton. Mercedes sigue siendo el mejor equipo a una vuelta más allá del evidente talento del británico que pudo por casi cuatro décimas con Sebastian Vettel. El alemán sale segundo y es el máximo favorito para la carrera, la lógica indica que el Red Bull es un coche mucho más equilibrado en carrera, pero todo puede pasar. Tercero saldrá Mark Webber.
Hamilton salvó el honor de Mercedes después de que Nico Rosberg se quedara por un error de cálculo de la escudería germana atrapado en la Q2 desde la undécima plaza. Raikkonen y Grosjean con sus Lotus también saldrán por delante de los Ferrari a los que se le metió Daniel Ricciardo con el Toro Rosso. Como en Silverstone, pero por estrategia. Hace calor en Nurburgring. La carrera es mañana. Aún hay esperanza para los coches rojos..