Nigeria y la sub-17, un idilio que ya dura 30 años
La Copa Mundial Sub-17 de la FIFA que ha conquistado Nigeria este mes en Chile supone la quinta del combinado africano, todo un récord, 30 años después de su primer triunfo en el certamen celebrado en China, entonces en un Mundial Sub-16. Entre ambos éxitos, los nigerianos impusieron su dominio sobre la prueba, alcanzando ocho finales, incluidas cuatro de las últimas cinco.
Lamentablemente para los hinchas nigerianos, el país no ha sido capaz de reeditar este desempeño en otras categorías. La formación sub-20 ha disputado dos finales mundialistas, ambas saldadas con derrotas, mientras que las Súper Águilas han actuado en cinco fases finales de la Copa Mundial de la FIFA™, aunque sin superar nunca la ronda de octavos.
Un triunfo contra todo pronóstico
Fatai Atere estuvo a punto de no viajar a China en 1985. “Es una historia divertida”, recuerda el exdefensor. “Yo fui uno de los muchos jugadores invitados a entrenarse con las jóvenes Súper Águilas con vistas al primer Mundial Sub-16 de la historia. En aquel momento sólo tenía 13 años, y en la fase anterior al torneo prácticamente no dispuse de tiempo de juego. Pero en uno de los entrenamientos un compañero se lesionó y el entrenador me vio sentado junto a la línea de banda. Se dio cuenta de que no tenía las botas puestas y me pregunto por qué. Yo le dije que no pensaba que fuese a tener la oportunidad de jugar. Él replicó que si no me ponía inmediatamente las botas y entraba en la cancha podía irme a casa y ya no haría falta que volviese”.
“Así que me calcé las botas y jugué. Cambié la tónica del partido y a partir de ese momento figuré en el once inicial”.
Con 13 años, Atere actuó en todos los partidos de Nigeria en China, incluida la final, que ganaría el combinado africano, proclamándose así primer campeón del mundo de la categoría. Dos años más tarde fue capitán del equipo que regresaría a la final. Aun así, una lesión le impidió jugar tanto en semifinales como en el choque por el título.
Atere dice que actualmente los jóvenes están sometidos a una presión mucho mayor, aunque considera que el equipo que acaba de reeditar la proeza de 1985 puede coronar nuevas cumbres para el fútbol nigeriano. “El equipo campeón de Chile cuenta con jugadores fantásticos, y creo que puede llegar lejos. Me causaron especial impresión el capitán, Kelechi Nwakali, y el máximo goleador, Victor Osimhen. No cabe duda de que son futbolistas que pueden hacer progresar al fútbol nigeriano, y los dos ya han sido convocados para entrenarse con la selección sub-23”.
“Cuando nosotros jugábamos, teníamos pocas opciones de que se nos llamase para categorías superiores. Pero ahora las cosas han cambiado. Es innegable que el torneo ha crecido mucho, y los preparativos son muchísimo mejores. Cuando nosotros fuimos a China, mucha gente ni siquiera lo sabía. Ahora todo el país está con el equipo, y los jugadores pueden concentrarse simplemente en jugar al fútbol”.
El círculo se completa
El capitán del equipo de 1985, y que tuvo por tanto el honor de ser el primero en alzar el trofeo, fue Nduka Ugbade. Ugbade está convencido de que sin el triunfo que obtuvieron él y sus compatriotas en China hace 30 años las siguientes generaciones de las jóvenes Súper Águilas no habrían cosechado tantos logros. “Cuando volvimos a casa con el trofeo y las medallas, todo el mundo comprendió lo que podía hacerse. Todas las generaciones que vinieron después de nosotros acudieron al torneo conscientes de que Nigeria era tan buena como cualquier otra selección del mundo. Creo que si nosotros no hubiésemos ganado, probablemente Nigeria habría conseguido uno o dos torneos, pero no tantos como se han logrado. Desde China, cada dos años todos los futbolistas de esa edad tienen el sueño de jugar con la selección y se esfuerzan muchísimo por conseguir esa meta”, explico
Y hay otro nexo de unión entre la generación del 85 y la actual. Al igual que en 1985, Muhammadu Buhari es el Jefe de Estado de Nigeria. En 1985 dirigía el Consejo Militar Supremo, pero fue destituido a finales de agosto de 1985. En mayo de este año resultó elegido democráticamente Presidente de Nigeria. En opinión de Ugbade, estas elecciones representan, además, la esperanza de que se cumpla una antigua promesa. “Cuando ganamos en 1985, se nos prometieron una casa y becas a cada uno de nosotros. Tras la destitución de Buhari, no llegaron nunca, pero ahora él ha prometido que cumpliría esa promesa hecha hace tantos años”, señala.
“Por mis compañeros espero que así sea, porque lo merecen. Después de todo, creo que parte del mérito de las jóvenes Súper Águilas es suyo, incluso ahora, en Chile”, concluye.