Sentencia de Rafael Callejas será en Enero por escándalo de corrupción
El escándalo de corrupción que sacudió los cimientos del fútbol mundial hace un año y medio tendrá su desenlace en 2017, cuando la mayoría de los acusados de recibir y ofrecer millonarios sobornos serán sentenciados en Nueva York, o sabrán si quedan libres.
Pero la causa es apenas el comienzo de un largo camino hacia más transparencia y responsabilidad en las instituciones de fútbol regionales y mundiales, advierten expertos.
El caso destapado por el Departamento de Justicia estadounidense consiguió lo que parecía imposible: exponer la cultura de la corrupción en la FIFA y tumbar a su liderazgo encabezado por Joseph Blatter, así como a los jefes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la Confederación de Fútbol de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe (Concacaf).
Tras los arrestos de muchos acusados en 2015, en 2016 la justicia estadounidense no aflojó las garras pero avanzó lentamente en la causa, preparando el desenlace para el año que viene.
“Aún resta por ver hasta qué grado los cambios implementados desde los arrestos harán una diferencia significativa” en la FIFA, la Conmebol y la Concacaf, dijo a la AFP Roger Pielke, director del Centro de Gobernanza del Deporte en la Universidad de Colorado.
“El fútbol mundial tiene todavía un largo camino que recorrer para mejorar su gobernabilidad, y los arrestos representan un comienzo, no un fin”, recordó.
– Sentencias aplazadas –
Las primeras sentencias del caso que estalló con la detención de varios jefes del fútbol de las Américas y autoridades de la FIFA en un hotel de Zúrich en el amanecer del 27 de mayo de 2015, estaban previstas a partir de junio de 2016, pero fueron aplazadas una y otra vez.
De los 40 acusados -entre ellos jefes de la Conmebol y la Concacaf y vicepresidentes de la FIFA- hasta ahora 19 se declararon culpables para intentar reducir sus penas. Están acusados de delitos como fraude bancario o conspiración para delinquir, que conllevan penas máximas de 20 años de cárcel.
Para convencer a los jueces de aceptar su culpabilidad, los exjerarcas y empresarios detallaron cómo aceptaban u ofrecían sobornos a cambio de contratos de televisación de partidos de fútbol de las selecciones nacionales, clasificatorios para Copas del Mundo, Copa América o Libertadores. O cómo revendían ilegalmente codiciados ingresos, embolsándose decenas de miles de dólares.
La jueza Pamela Chen, de la corte federal de Brooklyn, debe ahora decidir cuántos años de cárcel los otrora superpoderosos del fútbol de las Américas recibirán como castigo.
El primero en ser sentenciado el 27 de enero será Rafael Callejas, expresidente de Honduras y exjefe del fútbol hondureño, acusado de recibir sobornos por 1,6 millones de dólares entre 2011 y 2013. Los demás serán sentenciados entre marzo y junio.
– A juicio –
Solo cinco altos exjerarcas insisten en su inocencia e irán a juicio el 6 de noviembre. Un jurado popular deberá decidir si son o no culpables.
“El caso FIFA ha sido importante porque expuso la cultura de la corrupción en el fútbol mundial”, pero “la institución sigue dominada por una camarilla de hombres poderosos que no rinden cuentas, o muy poco”, estimó Chris Gaffney, experto en la política del fútbol de la Universidad de Zurich.
“Estamos muy lejos de tener una buena gobernanza y rendición de cuentas en cualquier gran institución deportiva” como la FIFA, la Conmebol o la Concacaf, añadió Gaffney, que denuncia el clientelismo político, así como la sed por crecientes ganancias financiadas por auspiciantes que desembolsan millones.
Los que aguardan su juicio son el exjefe del fútbol brasileño José Maria Marín; el expresidente de la Conmebol Juan Angel Napout (Paraguay); el exjefe del fútbol peruano Manuel Burga; el exsecretario de la federación de fútbol de Guatemala, Héctor Trujillo; y el exconsejero del presidente de la Concacaf y hombre fuerte del fútbol de Islas Caymán, el griego Costas Takkas.
Otros acusados como el expresidente y el extesorero de la Conmebol Nicolás Leoz (Paraguay) y Carlos Chávez (Bolivia) se encuentran en sus países y pelean la extradición.
Algunos como los empresarios argentinos Hugo Jinkis y su hijo Mariano o el exjefe del fútbol uruguayo Eugenio Figueredo han sido o están siendo juzgados por los mismos delitos en su país. En este grupo entra el exjefe del fútbol ecuatoriano Luis Chiriboga, condenado ya en Quito a 10 años de cárcel por lavado de activos de la entidad.
El caso FIFA ayudará a que se preste más atención a los negocios del fútbol mundial, pero Gaffney advirtió que mientras la estructura de las instituciones sea la misma “nada indica que hay un deseo de cambio” real.