Rohr y el desafío mundial de Nigeria
Un buen número de entrenadores alemanes, entre ellos Otto Pfister, Rudi Gutendorf y Burkhard Ziese, dirigieron selecciones africanas con distinta suerte. Si bien ellos tres pertenecen a la vieja guardia, hoy por hoy existe una nueva generación de técnicos que se abre paso en el continente.
Cuando Rohr, de 63 años, tomó las riendas de Nigeria en agosto del año pasado, las Súper Águilas acababan de caer eliminadas en el clasificatorio para la Copa Africana de Naciones de la CAF por segunda edición consecutiva. La decepción era palpable en este país de África occidental, donde el fútbol se vive con pasión, máxime después de haber levantado el título continental en Sudáfrica 2013 y de haber firmado un papel meritorio en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Su misión estaba clara: debía asegurar la clasificación del combinado nigeriano para la Copa Mundial de 2018. Para lograrlo, las Súper Águilas han de superar un grupo que impresiona: Argelia, Camerún y Zambia.
El exdefensor, icono del Girondins de Burdeos en su etapa como jugador, arrancó su andadura en el banquillo nigeriano con una victoria por 1-0 sobre Tanzania en el clasificatorio para la Copa Africana de Naciones. Fue un triunfo estéril, porque Egipto había sellado con antelación el único billete directo del Grupo G para la fase final.
Mucho más importante fue la victoria inicial de las Súper Águilas en la fase de clasificación mundialista, donde se impusieron 1-2 a Zambia en un encuentro muy disputado.
Acto seguido, Nigeria cosechó un valioso triunfo por 3-1 en casa frente a Argelia. Los seis primeros puntos, unidos a algunos resultados sorprendentes en los otros partidos, dejaron a Nigeria con una ventaja de cuatro puntos sobre sus rivales a las primeras de cambio.
“Ganar nuestros dos primeros partidos fue fantástico, pero no volveremos a jugar hasta finales de agosto y principios de septiembre, cuando nos midamos a Camerún”, apunta Rohr. “Son los vigentes campeones de África y seguro que estarán deseosos por dar continuidad en el clasificatorio mundialista al estado de forma que exhibieron en Gabón”.
“Hay que ser prudentes. Es un grupo muy difícil y no hay nada decidido. En cualquier caso, admito que, de momento, gozamos de una pequeña ventaja. Si ganamos nuestros dos partidos en casa contra Camerún y Zambia, nos clasificaremos”, añade.
Un trabajo global
Al igual que muchos homólogos suyos en África, Rohr puede incluir en su lista a multitud de futbolistas que se desempeñan en Europa. Pero, a diferencia de la mayoría, Rohr dispone de una gran variedad de internacionales que juegan habitualmente en la Premier League inglesa, uno de los campeonatos más exigentes del planeta. “Dado que tanto a la selección como al país les dolió profundamente quedarse fuera de la fase final de Gabón, quise traer a algunos jóvenes al equipo. Y lo hago, obviamente, sin cerrarle las puertas a nadie”, explica.
Rohr convocó por primera vez a Isaac Success, e incluyó a jóvenes de la talla de Alex Iwobi y Kelechi Iheanacho. Pero el técnico alemán convocó también a veteranos como Elderson Echiéjilé, John Ogu y John Obi Mikel, capitán de los nigerianos.
No obstante, había trabajo que hacer más allá del entramado absoluto. Los últimos resultados en categorías inferiores no habían sido tan buenos como en épocas anteriores. “Esto es algo que quería ayudar a cambiar”, comenta Rohr. “También me ofrecí para acompañar a la selección local, aunque no esté al mando de ella de forma directa. Y también comuniqué que le echaría un ojo a la selección femenina. Estas son algunas de las cosas que dije que quería hacer cuando asumí el cargo en agosto del año pasado”.
Después de colgar las botas en el Girondins de Burdeos en 1989, Rohr se convirtió directamente en entrenador del club, primero en las categorías inferiores y, posteriormente, al frente del primer equipo. En 2010 se estrenó en el banquillo de una selección, y guió a Gabón hasta los cuartos de final de la Copa Africana de Naciones dos años más tarde. También ha dirigido los combinados nacionales de Burkina Faso y Níger.
A lo largo de su carrera como técnico, Rohr ha trabajado con grandes futbolistas, y considera al delantero gabonés Pierre-Emerick Aubameyang uno de sus mejores pupilos. “Tiene más protagonismo en el Borussia Dortmund de Thomas Tuchel que a las órdenes de Juergen Klopp. Ha ganado en eficacia. No necesita muchas ocasiones para marcar”.
“Para alguien que disfruta arrancando desde atrás, su velocidad es una ventaja enorme. Ha madurado como jugador y aún puede mejorar. Si perfecciona un poco su zurda, su juego en profundidad y su concentración, podría llegar a ser incluso más efectivo. Con todo, ya es uno de los mejores delanteros del mundo y tiene cualidades para jugar en cualquier club”, concluye.