Escuché bombas todos los días: Djokovic habló sobre su niñez
Novak Djokovic nació el 22 de mayo de 1987, unos años antes de que se desataran las Guerras Yugoslavas. Nole era un niño cuando tuvo que lidiar, junto con su familia, con los bombardeos que realizó la OTAN durante este tenso periodo.
La guerra de Kosovo hizo que el Djoker se acostumbrara a las bombas. Él vivía cerca de las montañas Kopaonik, en Serbia, donde su familia tenía un restaurante junto a un viejo frontón, mismo donde se encariñó con la raqueta y que fue bombardeado hasta quedar en ruinas.
“Escuché (bombas) todos los días, por supuesto que teníamos miedo, estábamos corriendo hacia los refugios. La hermana de mi padre, mi tía, vivía con su familia, a unos tres o cuatrocientos pies de distancia de nuestro edificio, y su edificio tenía refugios en el suelo, y el nuestro no”, contó Djokovic en entrevista con Lewis Howes.
Después de la caída del Muro de Berlín en 1989, la OTAN intervino dentro del conflicto balcánico, lo que se convirtió en la primera intervención conjunta de esta organización y que derivó en la disolución de Yugoslavia.
“Esa sensación de inseguridad, impotencia es terrible porque, como seres humanos, nos gusta tener el control de dónde vivimos, qué vamos a hacer, y esto fue completamente tomado lejos de nosotros, y había un poder superior desde arriba que no podíamos hacer nada”, confesó.
Hace más de un año, Novak volvió a aquel frontón que quedó destruido tras la guerra y no pudo ocultar su tristeza. El Djoker dejó de competir desde mediados de este año producto de una lesión que no le permitió seguir en Wimbledon, pero prometió volver al circuito para pelear por el número uno del mundo.