Adiós al rey del tiro libre directo
Justo en el día de su 39 cumpleaños, Juninho Pernambucano cuelga las botas. El que ha sido uno de los mejores lanzadores de falta de la historia pone punto y final a una gran carrera repleta de espectaculares goles de libre directo. Le retira una lesión y, seguramente, la acumulación de kilómetros en sus piernas. Toca decir adiós a una de las grandes figuras brasileñas de las dos últimas décadas.
En dos sitios se recordará con especial cariño al mediocentro brasileño. Vasco de Gama y Olympique de Lyon disfrutaron como pocos de la tremenda calidad de un especialista consumado en las jugadas de estrategia. Su precisión milimétrica, un efecto endiablado, una inusitada facilidad para golpear desde cualquier posición del campo… los misiles teledirigidos de un cañon diestro de Recife. Casi un 50% de efectividad en su etapa en el conjunto francés a balón parado. En total, 75 goles de libre directo. Casi nada.
Y llegó el momento del adiós. Atrás queda una brillante carrera con numerosos títulos. Dos ligas brasileñas y una Copa Libertadores con el club de sus amores, el Vasco de Gama, y el liderazgo de un conjunto que marcó una época sin precedentes en la Ligue 1. Porque Juninho fue el director del mejor Lyon que se recuerda, ese que ganó siete campeonatos de liga consecutivos.
Después llegó Qatar, y su regreso a Vasco, con una pequeña aventura en Estados Unidos entre medias. Ahora, una lesión muscular ha precipitado una retirada cuya fecha de caducidad expiraba pronto. Con 39 años, Juninho Pernambucano se despide del fútbol. Y el fútbol le devuelve el adiós esbozando una gran sonrisa. Hasta pronto.
