Ancelotti: “Me motiva mucho ser el entrenador de la Décima”
La victoria ante el Bayern fue extraordinaria. ¿Está orgulloso del equipo y del triunfo?
Muy orgulloso. No era una eliminatoria fácil contra los campeones de Europa, pero jugamos muy bien los dos partidos. En el de ida a lo mejor estábamos un poco tímidos, pero la manera en la que se jugó la vuelta fue impresionante. Era un obstáculo difícil pero hicimos un buen trabajo, estoy muy contento. Defendimos muy bien y nuestros jugadores ofensivos les causaron problemas cada vez que tenían la pelota. Fue una buena actuación del equipo.
El Atlético espera en la final, un equipo que los jugadores y usted conocen muy bien. ¿Qué es lo que se espera del partido?
Va a ser diferente a los partidos en la Copa del Rey y en la Liga. Es una final abierta. Los dos equipos intentarán ganar demostrando su calidad. No creo que el Atlético vaya a intentar impedir que juguemos y tampoco lo haremos nosotros. Vamos a intentar exponer nuestro fútbol como el Atlético, que está haciendo una temporada extraordinaria, hasta ahora ha asombrado a todos. Ambos conocemos bien nuestra cualidades, así que será un partido emocionante.
¿Cómo dispondrá el equipo para jugar la final? Como dice usted, el Bayern y el Atlético son dos obstáculos diferentes.
Tácticamente será un partido diferente. Tenemos la posibilidad de controlarlo si mantenemos la posesión. Nuestro objetivo es ser eficaces y jugar de manera rápida, lo cual nos permitirá explotar el punto fuerte de nuestros atacantes. Encontrar un equilibrio es importante para evitar los contraataques, es lo que queremos controlar. Tienen delanteros muy peligrosos en esas áreas. No va a haber mucho espacio y por eso queremos mover la pelota rápidamente.
¿Cuáles son los puntos fuertes del Atlético?
Creo que su característica más importante es la organización del equipo. Trabajan muy duro todos juntos. Es un equipo que lucha desde el primer minuto hasta el último. Un conjunto muy fuerte, con mucha calidad, que usa muy bien el contraataque y la velocidad, sobre todo en ataque. También a balón parado son muy peligrosos.
Florentino Pérez, que estaba presente cuando el Real Madrid ganó la novena Champions en 2002, ha dicho que ahora hay que ganar la Décima. Como entrenador, ¿qué significa estar aquí y tener la posibilidad de ganarla?
Tengo suerte porque todos tenemos una gran motivación. Todo el mundo la comparte, los jugadores, el club, los aficionados y yo. Estamos cerca, pero sabemos que no será fácil porque una final de la Champions siempre es muy impredecible. Tenemos la suerte de tener esta oportunidad y haremos todo lo posible para conseguirla. Jugar una final de la Champions no pasa todos los días, no todos los equipos tienen la posibilidad de hacerlo. Nos sentimos honorados porque tenemos la posibilidad de ganar la Décima.
¿Ya sabe lo que le dirá al equipo antes de la final para motivarlo?
Todavía no. De todas formas, no es necesario decir tantas cosas antes de un partido como este, los jugadores estarán bien preparados y muy concentrados. Lo importante es asegurar que no haya demasiada tensión en el aire antes del partido. El coraje, la personalidad y el carácter que demostremos en el campo serán muy importantes en la final. Para este tipo de partido tenemos que intentar demostrar nuestras cualidades y no parar al rival.
Cristiano Ronaldo parece estar en su mejor momento. ¿Qué nos puede decir de él, actualmente está jugando mejor que nunca?
Creo que está en su mejor momento. Pero lo está desde hace muchos años. Esto demuestra su profesionalidad y la manera seria en que considera su fútbol. Ha sido decisivo para nosotros en la Champions, ha hecho 16 goles. Ha sido el jugador clave en nuestra ruta hacia la final y hará todo lo posible para ayudarnos a intentar ganarla.
Este podría ser su quinto trofeo, tras ganar dos como jugador y dos como entrenador. ¿Qué significaría ganar la Décima?
Mi satisfacción está vinculada al éxito del equipo. Ganar la Décima es una gratificación para el club, me gusta la idea de tener la posibilidad de hacer historia en este club prestigioso ganando. Personalmente la Champions me ha dado mucho, esta es la séptima final en la que he participado y la he ganado cuatro veces. Poder ser el entrenador del Real Madrid cuando gane la Décima me motiva mucho.
Hablamos con Gullit y nos dijo que teniendo en cuenta la semifinal de 1989-90 estos partidos son muy tensos para usted. ¿Cómo ha progresado, los partidos son más fáciles de vivir ahora?
En comparación con cuando era jugador ahora guardo la presión y la tensión dentro de mí para no mostrarlas. Desde fuera parezco tranquilo y relajado, pero dentro no es así porque antes de una semifinal o una final hay tensión. Creo que tener un entrenador muy tenso y nervioso tiene un impacto negativo en el equipo. Antes del partido los jugadores necesitan que el entrenador demuestre coraje y fe en ellos. Necesitan una figura convincente.
Respecto a las finales en que usted ha participado. ¿Qué recuerdos tiene de la que disputó contra el Steaua de Bucarest en 1989-90 y de la del año siguiente?
Sobre todo me acuerdo de la facilidad con que ganamos el partido. Ya íbamos 3-0 en el descanso. El partido había terminado, el estadio estaba lleno de aficionados del Milan y eso nos ayudó mucho antes del partido. El año siguiente era más difícil porque llegamos al final de la temporada con un equipo que no jugaba bien, pero conseguimos ganar la Copa gracias a una buena organización defensiva y a un gol de Rijkaard.
Su primera final como entrenador fue en 2003. ¿Qué recuerda de esa final, qué tipo de experiencia fue?
En cuanto a las emociones, creo que fue la más intensa porque era una final contra un equipo italiano, un rival muy fuerte y terminó en penaltis. Fue mi primera victoria como entrenador, así que me acuerdo muy bien de las sensaciones de ese partido. Fue muy difícil y una emoción muy fuerte.
¿Cómo se prepara una tanda de penaltis?
Prepararla desde un punto de vista técnico no es posible porque es una parte del juego principalmente psicológica. Tirar un penalti, sobre todo en una final, no es simplemente una cuestión de técnica. Es una cuestión de fe, seguridad y tranquilidad. No es fácil encontrar estas cualidades después de un partido de 120 minutos y en un momento tan crítico. A veces es difícil encontrar a cinco jugadores que tengan la confianza de tirar un penalti.
Vamos a hablar de un recuerdo menos bonito que el de 2003, que fue el partido de 2005 contra el Liverpool. ¿Cómo lo vivió?
Fue un partido en el que el equipo jugó bien. Hicimos una primera parte excepcional. Puede que haya sido el mejor partido realizado por uno de mis equipos y lo que pasó después no se puede explicar. Esta imprevisibilidad es lo bonito de este juego. En seis minutos pasó algo que seguro que nunca había pasado en una final, pero son experiencias. Me he preguntado tantas veces lo que se podía hacer y el entrenador no puede cambiar nada en seis minutos.
Como persona y entrenador, ¿qué aprendió de esa final?
Que el fútbol es un ciclo, tanto que, casualmente, nos tocó jugar con el Liverpool de nuevo en la final en 2007. Era una final que no podíamos perder de nuevo y la ganamos. Que el Milan ganase esa final era el destino y se lo dije a los jugadores. Cuando se enteraron de que nos tocaba el Liverpool ellos también se dieron cuenta de que probablemente fuera el destino.
Para concluir, ¿Qué mensaje le puede dar a los aficionados de cara a la final de Lisboa?
Al principio de la temporada dije que nuestro objetivo era llegar a una final porque significa que se ha hecho bien el trabajo. Hemos hecho un buen pastel y ahora, como se dice en Italia, es hora de ponerle la guinda para hacerlo aún más bonito. El único problema es que el Atleti también ha hecho un buen pastel ¡y también quieren ponerle la guinda! Vamos a ver quién lo consigue. Hemos hecho una temporada magnífica en la Champions para llegar a este punto.