Argentina, con el camino allanado para acabar con la ‘maldición de cuartos’
Italia’90. Final. Argentina-Alemania. Andreas Brehme convierte en gol un polémico penalti y la ‘Mannschatf’ celebra mientras Maradona llora sobre el césped del Olímpico de Roma.
24 años y cinco Mundiales han pasado desde aquello, y nunca la albiceleste volvió a superar la barrera de cuartos de final.
Sin potencias en la ruta hacia ‘semis’
Ahora, más allá del tremendo poder que tiene el equipo, con Messi a la cabeza, a Argentina el camino se le presenta allanado como nunca antes para llegar a ‘semis’.
Con Suiza como rival de octavos y Bélgica o Estados Unidos como alternativas para el siguiente cruce, recién en la instancia previa a la final se mediría con una potencia como Holanda. Es ahora o nunca para terminar, por fin, con la ‘maldición de cuartos’
Los partidos hay que jugarlos, es cierto, pero en la previa la albiceleste es amplio favorito, por presente e historia. Tiene a Leo, Di María e Higuaín, entre otros, viene de ganar sus tres encuentros en la fase de grupos y nunca perdió en sus seis duelos contra los suizos.
Favorita, también en cuartos
Ya pensando en el hipotético cruce de cuartos, los dirigidos por Alejandro Sabella, quintos en la última actualización del ranking FIFA, chocarían con los ‘Diablos rojos’, 11° en ese listado, o el conjunto norteamericano, 13°.
Ante cualquiera de los dos posibles oponentes, Argentina volvería a ser candidato con diferencia, por tradición, historial y diferencia en el potencial individual de sus jugadores.
Cinco Mundiales, cinco decepciones
Después de aquella final en Italia, las cosas no le han ido nada bien a la albiceleste en las Copas de Mundo, a pesar de contar siempre con grandes figuras.
En Estados Unidos ’94, el gran sueño se chocó con el dóping positivo de Maradona y la Rumania de Hagi la despidió en octavos. En Francia ’98 el verdugo fue la Holanda de Kluivert y compañía, en cuartos.
En Corea-Japón 2002, el equipazo formado por Bielsa decepcionó como pocas veces y no superó la primera ronda, mientras que en Alemania 2006 el rival que la obligó a decir adiós, nuevamente en cuartos, fue el dueño de casa, por penaltis.
Lo mismo se daría cuatro años después en Sudáfrica, aunque en ese caso con una goleada dolorosa e inolvidable.