Bengoechea: “Buen toque y sacrificio”
Lo suyo siempre fue asistir. En la cancha servía la pelota a los que debían meterla en el arco rival. Así, Pablo Bengoechea fue el dueño del mediocampo de la selección uruguaya que se coronó campeona en las Copas América de 1987 y 1995. Con un toque privilegiado y buen disparo a balón parado, su presencia en el terreno de juego generaba un sano equilibrio con la entrega y fuerza características de la garra charrúa.
“Cuando dejé el fútbol siempre pensé que en algún momento podría ser entrenador”, reconoce con seguridad
Por eso mismo, tras colgar los botines en 2003, inició su formación como técnico. Y como no podía ser de otra forma, esa transición al banquillo y a los pantalones largos siguió el mismo sendero de la asistencia que había vivido como jugador profesional.
La temporada 2005/2006 formó parte del equipo de Óscar Aguirregaray en el River Plate uruguayo. Desde 2010 fue segundo del seleccionador de Perú, Sergio Markarián, a quien apoyaba con sus conocimientos, y en marzo de 2014 heredó su posición. Ahora se enfrenta en primera persona al gran reto de liderar el proyecto inca en una solución de continuidad lógica.
“Cuando terminaba el proceso eliminatorio anterior, ya tenía resuelto que iba a intentar ser entrenador y salió esta posibilidad con Perú. Lo tomé porque es el fútbol que más conozco. Si llevo ya cuatro años viviendo en Perú…”, nos explica.
“Sé que es un desafío muy grande y muy importante el dirigir una selección, pero conocemos a todos los futbolistas que juegan en el medio local y en el exterior”, completa el seleccionador de 49 años, que asistió en Panamá a una serie de conferencias técnicas donde se analizaron el progreso estratégico y otros aspectos de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Acostumbrado a ganar
La trayectoria de Bengoechea en el fútbol ha estado siempre acompañada del éxito. Luego de debutar como jugador en el Wanderers uruguayo en 1985, dio el salto al Viejo Continente tan sólo un año después para jugar cuatro temporadas en el Sevilla FC.
Previo paso por el argentino Gimnasia y Esgrima La Plata, en 1993 volvió a su país para vivir una inolvidable época de títulos con Peñarol. De ahí a 1997 salieron siempre campeones. En 1999 volvió a levantar el trofeo y, finalmente, en 2003 puso fin a su carrera con su séptimo título con la camiseta Manya.
18 años como profesional vestido de corto en los que ya empezó a formarse para el siguiente paso: “De todos los entrenadores que tuve aprendí algo. Siempre me gustó estar muy atento a las charlas y los entrenamientos, y uno va sumando cosas… Después debes saber cuándo lo va a utilizar, porque los momentos son diferentes”.
Un pasado cercano
La tarea que ahora asume conlleva un doble reto: el personal al debutar al frente de un banquillo, y el colectivo, ya que Perú sueña con regresar a una Copa Mundial de la FIFA, escenario que no pisa desde 1982.
En el último clasificatorio, los peruanos, con 15 puntos, finalizaron en el séptimo puesto de CONMEBOL. “La eliminatoria en Sudamérica es muy pareja. Los detalles son los que llevan a un país a clasificar o quedarse afuera. Lo hemos visto con Uruguay en las dos últimas Copas del Mundo. Llegó muy justo a la clasificación y a la hora de definir hizo muy buenos partidos y les tocó ganar. Hay que crecer y en el momento justo estar bien; tener la suerte de que cuando se juegan partidos que definen la eliminatoria, se pueda contar con todo el potencial”, rememora quien vistió la camisa 16 de Uruguay en Italia 1990.
Perú pelea para que en Rusia 2018 se ponga fin a 36 años de dolorosa ausencia en el escenario mundial. El primer desafío es la Copa América Chile 2015, que afrontan con el motivante precedente del tercer puesto que conquistaron en la última edición de 2011.
“Perú llegó al último día de competencia en Argentina 2011, pero para jugar por el tercer puesto. Ojalá y ahora alcance para estar la final”, sueña el nuevo estratega peruano. “Todas las Copas América son diferentes. Pasan cuatro años, es igual que un Mundial. Veremos si el año que viene, en junio, los jugadores importantes que tiene Perú llegan en buen momento y si logramos que no se sienta la renovación de jugadores de gran calidad que dejan de formar parte de la selección”, analiza Bengoechea.
Acostumbrado a un fútbol ligado al buen trato de la pelota y aprovechando las condiciones de los peruanos, El Profesor buscará que sus dirigidos jueguen al buen toque y con mucha entrega. “Históricamente el fútbol peruano se ha caracterizado por ser técnicamente dotado; sus jugadores son de muy buen pie. Tenemos que juntar algunas generaciones e intentar que a ese buen pie se le sume el sacrificio. Cuando uno tiene la pelota debe saber manejarla, y cuando no, se tiene que sacrificar muchísimo para recuperarla lo más rápido posible. Y en eso estamos, intentando que en el futuro Perúsea un equipo que tenga la posibilidad de jugarle de tú a tú a cualquiera”.
Los objetivos están marcados. La apuesta está lanzada. A menos de un año de la próxima Copa América en Chile, Pablo Bengoechea no se achica y ya trabaja para asistir a Perú en su gran sueño.