Brasil no sale de la sequía en los Olímpicos de Río
Los números jamás explican todo, pero pueden ser de ayuda para intentar comprender algún fenómeno futbolístico. En el caso de la increíble sequía del Brasil de Neymar, Gabriel Jesús y Gabriel Barbosa en sus dos primeros partidos del Torneo Olímpico de Fútbol Masculino Río 2016, aportan un dato contundente: contra Sudáfrica e Irak pateó 41 veces al arco, sólo 13 fueron entre los tres palos, ninguno fue gol.
La verdeamarela tiene apenas dos puntos y, con el riesgo latente de eliminación en la primera ronda de sus propios Juegos Olímpicos con un equipo llamado a ganar, gustar y, cuando se pudiera, golear, el vestuario busca respuestas a la crisis. Y en esa búsqueda aparece una palabra repetida en algunos protagonistas.
“Hay una ansiedad muy grande para hacer goles que nos termina confundiendo, minando la confianza de los jugadores”, dice Renato Augusto, el más veterano del plantel. Ansiedad y falta de confiaza, un cóctel letal porque “uno puede intentar una cosa pero ya no intenta, se va poniendo cada vez más difícil”.