David Blatt, orgullo de Israel en la Final de NBA
Mucho antes de que amanezca, dos estudiantes de religión judíos con la tradicional kippa sobre la cabeza, están sentados en un bar de Jerusalén ante una de las siete televisiones que retransmiten un partido de basquetbol en la lejana Norteamérica.
Tienen puesta toda la atención en un hombre: David Blatt.
“No hay que darle nunca por derrotado”, señaló Hillel Cohen, de 25 años, uno de estos estudiantes que idolatran al entrenador estadounidense de origen israelí de los Cleveland Cavaliers y su capacidad de sopreponerse a las críticas.
“Esto es lo que hemos aprendido de su estancia en Israel”, añadió Cohen, acompañado en el bar por cerca de 50 aficionados al básquetbol locales y extranjeros, entre ellos un soldado de uniforme con un fusil de asalto M-16 en sus rodillas.
Blatt desafió cualquier pronóstico y ha llevado a los Cavaliers a la Final de la NBA en su primera temporada al frente del equipo, que cuenta en sus filas con Lebron James, considerado el mejor jugador del mundo
Su éxito es un orgullo para Israel, donde es considerado una leyenda, y ha ofrecido a muchos aficionados al basquetbol una dulce revancha. Como subrayan los comentaristas deportivos, su recibimiento en la mejor liga del mundo estuvo rodeada de una gran escepticismo.