El gran lujo de nuestra “H”
El Sun Life Stadium de Miami con sus 75 mil almas deseosas de ver fútbol será hoy un autentico caldero y hervidero hecho fiesta. Las calles de Miami Gardens y del Dan Marino Boulevard tendrán este día un extraño movimiento de camisas blancas y azules que serán portadas por orgullosos catrachos que quieren agradecerle a su selección por la clasificación a la Copa del Mundo.
Por otro lado estarán las camisas amarillas y verdes, que donde quiera que lleguen son toda fiesta, toda samba, el típico ambiente carioca ante el bullicio que nos caracteriza a los catrachos donde quiera que lleguemos. Ese mismo pueblo que siempre ha admirado y apoyado a la selección brasileña desde los inmemoriales tiempos de Pelé, Rivelino y Tostao hasta el Brasil de Neymar y Hulk
Esta selección cae bien por su grandeza y por todo el despliegue futbolístico que ha generado en la historia del fútbol, son habilidosos, geniales, portan magia, pegada y potencia pero frente a ellos habrá un equipo que predica amor por su país, amor por su camisola, amor por superar lo realizado en Sudáfrica 2010 y seguramente seremos mayoría en las gradas de la casa de los Delfines de Miami.
Es un partido de fogueo, de puro espectáculo. Atrás quedaron los juegos infartantes en donde era necesario sumar puntos para conseguir el boleto al mundial. Ahora se juega por prestigio, estamos cosechando los frutos que se sembraron con arduo sudor en las eliminatorias. Y lo más importante, que nuestros muchachos ya no se dejan deslumbrar por la camisa que está frente a ellos.
En nuestras retinas todavía está presente la pasada batalla en el Saint James Park de Newcastle y en la que sobreviven algunos elementos como Maynor Figueroa, Arnold Peralta, Roger Espinoza y Jerry Bengtson por parte de Honduras. Oscar, Hulk, Neymar y Lucas Leiva por parte de la canarinha. Ese encuentro donde los vimos a la cara y jamás olvidaremos la ovación que le dio un rendido estadio a Roger Espinoza cuando el alemán Felix Byrch decidió expulsarlo.
Y qué decir de aquella otra noche gloriosa del lunes 23 de junio de 2001 cuando los hicimos morder el polvo en el Palo Alto de Manizales con el autogol de Juliano Belleti y el otro tanto de Saúl Martínez. En el terreno de juego solo habrán dos sobrevivientes presenciales de esa gesta: Noel Valladares en la portería hondureña y Luis Felipe Scolari en el banco brasileño. “Felipao” carga en su haber esa derrota que nos insufló de gloria y que nos sirvió para salir como los campeones morales de esa Copa América en Colombia.
Hoy la realidad es otra, Brasil ensaya para la reconquista del mundo, Italia en el 2006 y España en el 2010 han ocupado el trono que habían recuperado en el 2002 y su proyecto lo han hecho alrededor de una figura como Neymar, el rey de la publicidad y los regates en el equipo brasileño, está aprendiendo a absorber la presión mediática y esto permite que otros jóvenes como Oscar y Paulinho se aprendan a desarrollar y abren los espacios para que Hulk y Fred hagan de las suyas en el ataque.
Por parte del equipo nacional no se espera que el profesor Suárez haga muchos cambios en relación a la columna vertebral con la cual consiguió su clasificación. Solamente cabe la duda de quién ocuparía la vacante que deja Luis Garrido por lesión. Wilson Palacios podría retroceder filas y Roger Espinoza pasaría a ser un escudero para abrirle la opción a Najar por la izquierda o, quizás sea Eder Delgado quien ocupe ese lugar. En el resto del campo no se prevén movimientos significativos debido a que no hay grandes sorpresas en la convocatoria. Para hoy se viene Brasil, después Ecuador… desde ya disfrutamos con estos fogueos, el privilegio de ser mundialista y estar en la élite del fútbol.