Final de grandes maestros Nadal vr Djokovic

Ante los ríos de lava que los tiros cruzados de Rafa Nadal desatan sobre su revés, Roger Federer no puede hacer otra cosa que perder la esperanza: como Roger se desespera, Nadal le fulmina con 7-5 y 6-3 y sube el cara a cara hasta un 22-10 (61-39 en sets, primera victoria de Nadal bajo techo) que cuestiona el sitio de Federer en la cima del podio histórico del tenis

Después, al planito Stanislas Wawrinka, alias Homer Simpson, sólo le cupo desesperar ante la movilidad y recuperaciones surrealistas de Novak Djokovic, que barrió a Wawrinka (6-3, 6-3) para sellar su enfrentamiento número 39 con Rafa Nadal: la final de hoy de la Masters Cup, a las 21:00 horas en el azulado 02 Arena. Hasta hoy y ante Djokovic, es 22-16 para Nadal.
Pero la tiranía que Rafael Nadal ejerce sobre Federer tiene poco que ver con lo que le espera ante Novak Djokovic: entre 2011 y 12, Novak sometió a Nadal siete veces seguidas, en siete finales. La profundidad técnica de Djokovic y su maravillosa habilidad para rescatar bolas inauditas arrastrando los maléolos por la pista, sólo ceden ante esa capacidad histriónica que le desactiva ante la intensidad febril de Nadal: en 2013, Rafa ha batido a Novak en tres de cinco cruces, como en la tormentosa semifinal de Roland Garros y la histórica final del US Open: pero la última vez, hace un mes escaso, en Pekín, ganó… Djokovic.

Djokovic suele vestir de negro riguroso, negro endrina, ala de cuervo. Invade el centro de la pista: allí gobierna, dicta y da al asalto de Nadal las respuestas que Federer ya no halla.

Campeón. Jugando así, Novak es el actual campeón de la Masters Cup. Verse con Nadal es como verle los colores al infierno: dígalo Federer. Infernal o sobrehumana es la actividad de Djokovic. Aquí chocan dos máquinas infernales. Dios dará el Cielo a quien mejor le sirva pero la Tierra y la Masters Cup serán para quien más pueda: Nadal o Djokovic, dos demonios.