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Francia y Bélgica, dos vecinos que deslumbran

2372802_FULL-LNDDesde mediados de julio, Bélgica y Francia se plantaron entre los diez primeros de la Clasificación Mundial FIFA. Los Diablos Rojos escalaron seis peldaños, hasta el 5º puesto, mientras que losBleus ocupan la 10ª plaza tras dar un salto de siete lugares.

Ambos países, por supuesto, sacaron el máximo partido al efecto de la Copa Mundial de la FIFA 2014™, donde llegaron a cuartos de final antes de inclinarse por 1-0 tanto uno como otro contra los dos futuros finalistas del campeonato: los galos ante Alemania (a la postre campeona mundial) y los belgas contra Argentina.

Llegar a esas alturas de la competición fue recibido con satisfacción por los dos países hermanos y vecinos; empezando por Bélgica, que firmó el segundo mejor resultado de su historia en un Mundial tras haberse perdido las ediciones de 2006 y 2010. En cuanto a los Bleus, consiguieron pasar la página del fiasco de la edición anterior, donde sólo sumaron un punto en la fase de grupos, lo que les llevó a ocupar la 27ª plaza en septiembre de 2010. En ese mismo periodo, Bélgica pagaba su ausencia en la cita suprema ubicándose 62ª. Se trata de la peor clasificación registrada en los cuatro últimos años por ambos países, resurgidos a posteriori desde los bajos fondos.

Deschamps y Wilmots al timón
Las resurrecciones de Bélgica y Francia se produjeron bajo el impulso de dos viejas glorias de sus respectivas selecciones: Marc Wilmots y Didier Deschamps. El primero luce con letras de oro en sucurriculum vitae de jugador tres Mundiales disputados en 1994, 1998 y 2002, mientras que el segundo levantó el trofeo como capitán en el título conquistado en casa en el 98. Pese a ser novatos como seleccionadores antes de su nombramiento en verano de 2012, los dos han sabido inculcar sus vivencias a unos grupos inexpertos en la escena mundial y dotarlos de consistencia y de espíritu.

Desde que asumió el cargo, Wilmots ha sabido transformar a una selección moribunda y ausente de las grandes competiciones internacionales desde 2002 en una máquina de ganar, que se mantuvo invicta en la fase de clasificación para Brasil 2014. Deschamps, a su vez, también insufló su legendaria cultura de la victoria a los Bleus, prosiguiendo el trabajo de reconstrucción que iniciara Laurent Blanc al tiempo que tomaba decisiones claras y fuertes, como la de prescindir de Samir Nasri en su lista definitiva para Brasil.

Otro punto en común de los dos seleccionadores es el de haber preparado el futuro apostando por la juventud. Deschamps convirtió a Paul Pogba, Raphaël Varane y Antoine Griezmann en piezas esenciales de la buena andadura brasileña, formando un bloque armonioso con líderes no mucho mayores como Karim Benzema, Blaise Matuidi o Hugo Lloris. Wilmots, por su parte, se apoyó en gran medida en la generación dorada de los Eden Hazard, Thibaut Courtois o Kevin de Bruyne, al tiempo que daba su oportunidad a Divock Origi o el propio Adnan Januzaj, ambos de 19 años.

Todos ellos, talentos confirmados o en ciernes que han ampliado considerablemente su experiencia en la selección, y que permiten contemplar el futuro con mucho optimismo. En septiembre comienza la fase de clasificación para la Eurocopa 2016 que organiza Francia; una cita, obviamente, muy esperada por unosBleus que esta vez no podrán contentarse con una plaza de cuartofinalistas y que, sin duda, figurarán entre los grandes favoritos. Entonces, tal vez se crucen en su camino con los Diablos Rojos, que, si se clasifican y prosiguen con el impulso adquirido, disfrutarían de lo lindo aguando la fiesta al vecino.

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