Ganó Vettel y Alonso fue cuarto
Aplaudía Fernando Alonso al público alemán desde la moto que le tuvo que devolver a los boxes. Su Ferrari, como una metáfora, se paró al final de la carrera. Exhausto como un caballo ante rivales que han comido mejor pienso, que han entrenado más, que son mejores. El español sólo, palabra escrita entre mil comillas, pudo ser cuarto por detrás de los dos Lotus y del ganador, Vettel. Sí, él, ya saben, el nuevo de siempre, el piloto alemán que al fin gana en casa y se convierte en el nuevo Kaiser, en el sucesor con todas las dudas disipadas en el aire, de Michael Schumacher.
Y es que, si hay que intentar ser serio, en la medida de mis posibilidades, diré que Vettel, con cuatro victorias ya este año, líder del Mundial con 34 puntos de ventaja sobre su enemigo íntimo asturiano, un coche que sigue siendo el mejor pase lo que pase, haga frío o calor, a una vuelta y a mil, y un estado de forma extraordinario en el que ha unido talento y madurez, le hacen el máximo favorito para ganar su cuarto título de manera consecutiva.
Y sí, ya desde ahí mirar con todo el derecho a su ídolo de niñez con ojos de amenaza.
Venció Vettel y lo hizo con una estrategia simple: ir más rápido que el resto. Partía segundo, adelantó a Hamilton en la salida y desde ahí paró cuando tenía que parar, también aprovechó el coche de seguridad para cambiar neumáticos, como todos, y sólo se vió amenazado por un resurgido Romain Grosjean en algún momento de la carrera. Pero poca cosa. Como el que con un tirachinas echa para atrás la goma y después no se atreve a lanzar la piedra. El francés, además, finalmente terminó tercero al comprobar como su compañero Raikkonen era más veloz y desde el muro en el equipo le pidieron lo mismo que en 2010 a Massa, que dejará pasar al líder de la escudería. Así son las cosas. Y así se las estamos contando, no hay otra.
Alonso que había ganado en Alemania dos veces en los tres últimos años esta vez acabó cuarto, minimizando daños dentro de lo posible en busca de tiempos mejores, de la reacción de un equipo que no es lo que fue, pero puede volver a serlo. Esta vez con una estrategia diferente, comenzó con duros no fue como se pensaba, no hizo una salida de las suyas, con los segundos duros sí fue rápido y después los blandos finales sólo le sirvieron para llegar a la orilla…
Ferrari tiene que remontar, aunque sólo sea porque tiene un piloto que se juega la vida en cada curva en busca de imposibles. Queda mucho aún, pero Red Bull está ahí, cuando no es Mercedes, desaparecidos con el calor, es Lotus y siempre Ferrari ya desde el GP de España es el cuarto equipo. Pese a todo Alonso es segundo con mucho por correr. Tiene muchos rivales y uno superlativo, Vettel se está mereciendo ese liderato más que nunca. Y Alonso necesita más, que la leyenda de Ferrari regrese del mundo en el que ahora vive.