George, Scola y la defensa dan el 1-1 a los Indiana Pacers
Los Pacers, que cerraron la liga regular con 13 derrotas en 23 partidos y empezaron con muy mala cara su serie de playoff ante los Hawks, recuperaron las señas de identidad que les convirtieron en el mejor equipo del Este para superar un comienzo titubeante e imponerse por 101-85, empatando la eliminatoria (1-1). Paul George firmó una actuación propia del ‘hall of famer’ que debería llegar a ser (27 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Luis Scola sacó su inmensa clase (20, 7 y 1) para liderar a un equipo que se junto y repartió 25 asistencias, fruto quizá de un principio de mejoría de la química en el vestuario. En Atlanta, Millsap y Teague llevaron el peso, pero esta vez se quedaron cortos y solos.
El 7-0 de inicio para los Pacers, con un George muy activo, no fue el preludio de una rápida reacción tras el fiasco del primer partido. Los Hawks respondieron rápidamente con triples de Carroll y Millsap, y gracias a la habilidad de Teague para penetrar entre la momentáneamente permisiva defensa de Indiana, normalmente férrea, controlaron el partido. Incluso amenazaron con romperlo (27-38, min 16) lanzados por el ímpetu de Louis Williams.
Hibbert no imponía pese a sus tremendos 2,18 (se llevó un tapón de Korver) y tuvieron que ser dos jugadores del banquillo local los que apaciguaran lo que parecía un nuevo chaparrón: Scola, con 11 puntos en el segundo cuarto, y CJ Watson, anotando 9, dos triples incluidos. Entre Millsap, Teague y Antic frenaron la remontada hasta el 48-52 con el que se llegó al descanso.
El tercer cuarto empezó y terminó con un triple de George. Y entre medias, sobrevino la resurrección de los valores de los Pacers: la defensa y la solidaridad, el juego de equipo, vaya. Controlando la pintura y con la colaboración de Hill y de West en ataque, los de Indianápolis le dieron la vuelta al marcador. En el minuto 28, un 2+1 de Stephenson les ponía ya con un 62-59. Y desde ahí, sólo seis puntos de los Hawks para un pobre total de 13 en ese periodo, que acabó 79-65.
Atlanta se fue del partido sobrecogido por la rabia de su rival, que aumentó la ventaja hasta los 27 tantos (96-69) con cinco puntos más de Scola y otro triple de George, con el que cerraba su gran noche. El resto del duelo, casi seis minutos con varios condenados al banquillo en pista, ya sobró. Los de Georgia se entregaron a la espera de mejor suerte en su casa y con un 1-1 en la buchaca, que no está nada mal. Pero ojo, Indiana ha vuelto, o eso parece.