Honda presenta su RCV1000R ‘carreras cliente’ como un misil
La Honda RCV1000R, la esperada carreras cliente de la marca japonesa que hará pasar a mejor vida a las CRT, se ha presenta Cheste como un auténtico misil. Shuhei Nakamoto, vicepresidente de HRC, aseguró que Casey Stoner se había quedado con ella en Motegi a sólo tres décimas del tiempo que había hecho con la RC213V, la de Márquez y Pedrosa, y que con la goma extra blanda, a la que sólo tienen acceso este tipo de motos, había parado el crono a sólo 170 milésimas de distancia.
Esta mecánica es por la que ha apostado para la próxima temporada el equipo de Aspar, con Hayden y Aoyama como pilotos (el nipón se confirmará este fin de semana), el equipo checo de Abraham y el de Gresini, pero sólo para Redding, porque Bautista seguirá con el prototipo que ahora lleva.
Aspar, al escuchar los datos que daba Nakamoto, levantaba las cejas, mitad asombrado y mitad incrédulo, y decía: “Me conformo con que esté a medio segundo”. Y charlando con Antonio Jiménez, jefe de mecánicos de Bautista, acordaban que “de aspecto es muy parecida a la moto de fábrica y el chasis y el basculante es el mismo. La diferencia está en que no lleva el cambio seamless (el ultra rápido que Honda valora en 600.000 euros), que su motor no es de válvulas neumáticas y que incorpora la centralita Mageneti Marelli en vez de la de Honda”.
Eso hace que su precio sea muy diferente, pero no una ganga… La RCV1000R cuesta 1.2 millones (dos unidades por piloto), sin contar el gasto que se genere en caídas, es propiedad de los equipos y les entregarán cinco motores a pesar de que el reglamento les permite hasta doce, porque Honda calcula 2.000 kilómetros de vida por motor. Para el año siguiente, los equipos deberán pagar medio millón por el servicio de unos motores que declaran 238 CV a 16.000rpm para empujar una moto de 161 kilos con 24 litros de depósito.