La Arthur Ashe se blinda contra el molesto viento y la lluvia
Los remolinos de vientos que perturban el juego en laArthur Ashe, la pista más grande del mundo (22.500 espectadores), son famosos en el circuito. Rafa Nadal la califica como “la más complicada del mundo”. Pero este año están desapareciendo en el US Open favoreciendo, según opiniones cualificadas, a los mejores. A los que tienen más control sobre la bola. La razón: la estructura que arropa a las gradas de cemento y que permitirá cerrar la pista con un techo retráctil en 2016 ya está terminada.
“Me gusta, y va a aumentar el nivel de juego. Al no tener que luchar contra el viento, puedes jugar más cerca de las líneas, lo que probablemente favorecerá a los tenistas top”, explica Roger Federer.
“Era casi imposible encontrar equilibrio en la pista porque el viento siempre había sido un obstáculo. Ahora estamos más protegidos. Permite golpear bien la bola, con convicción”, refrenda Novak Djokovic, que debía medirse a Roberto Bautista por un puesto en cuartos. “Que casi no haya viento en ningún lado de la pista es un gran cambio”, afirma otro top, Andy Murray.
El US Open se pondrá el año próximo con el techo el año a la altura de Australia y la Central de Wimbledon, que ya se blindaron contra una lluvia que obligó de 2008 a 2012 a llevar la final masculina al lunes en Nueva York. La Chatrier deRoland Garros podría estar cubierta también en 2019.
La mastodóntica coraza que recubre la Arthur Ashe ha costado más de 150 millones de dólares y pesa más de 5.000 toneladas. Pero es sólo una parte de la transformación delNational Tennis Center, en la que se gastan 550 millones. La Louis Armstrong pasará de 10.000 a 14.000 espectadores y también tendrá techo retráctil. Y se construye ya otraGrandstand con 2.000 plazas más. El show se hace más grande en Nueva York.