Ley contra la Violencia en los Estadios fue puro cuento y engavetada
Ley especial para la seguridad y prevención de la violencia en los estadios, así se llama este ordenamiento jurídico aprobado por el Congreso Nacional en octubre de 2015 y que fue engavetado.
Desde ese momento se debió crear una comisión encargada de su aplicación, pero hasta la fecha solo quedó en intenciones.
Por ejemplo, la normativa implica la prohibición de por vida de aficionados que cometan actos de vandalismo dentro de un recinto deportivo, los clubes deben llevar un registro adecuado de cuántos son los integrantes de las barras para poder ubicarlos en momentos donde deben ser castigados.
Antecedentes hay y muchos, lo del Morazán se une a la larga lista de momentos oscuros dentro del balompié catracho y que ha dado pie a la suspensión del Torneo Apertura de la Liga Nacional, sumado al momento político que atraviesa nuestra nación y que según autoridades, el alcance también afecta al fútbol.
No hay sosiego como para asistir a ver un partido, el país carece de un ordenamiento jurídico para prevenir y reaccionar ante los enfrentamientos de barras, y si lo tiene, no es aplicado. Muchos estadios no tienen las condiciones para un plan de contingencia, en ocasiones la presencia policial es insuficiente y ese odio que hay entre barras impera, la presencia de familias completas poco importa a estos grupos.
Autoridades del país, de Liga Nacional, jugadores y aficionados saben que suspender de manera momentánea fue lo mejor, pues no hay garantías de seguridad ante un cáncer del fútbol hondureño llamado barras, sectores que no aprenden del pasado y que siguen dañando nuestro balompié.