Leyendas, sí… pero sin anillos de Super Bowl
Cuando se piensa en los nombres más ilustres en la historia de la NFL, la mayoría tiene en común uno o varios anillos de Campeón; sin embargo, existe un apartado de leyendas que jamás alzaron el Vince Lombardi.
Dan Marino, quien durante muchos años fue dueño de las marcas más codiciadas para un quarterback, solo tuvo una aparición en el Super Bowl. Fue en la edición XIX aunque, al final, el “13” y los Miami Dolphins cayeron ante los 49ers de Joe Montana.
Dos de los mejores corredores de todos los tiempos se quedaron con las ganas de tener los reflectores encima en el “Súper Domingo”. Barry Sanders tuvo la “desgracia” de jugar para los Detroit Lions, una de las cuatro franquicias que jamás han estado en el duelo por el título.
El ala cerrada más productiva de la historia tampoco supo lo que era llegar al Super Bowl. Actual poseedor de la mayor cantidad de recepciones, yardas y anotaciones para un tight end, Tony González fue un “marginado” del partido más importante del año en la NFL.
Un caso particular es el de los Buffalo Bills, equipo que marcó época en el inicio de los 90 como el mejor de la Conferencia Americana, pero que en sus cuatro apariciones en el juego grande siempre terminó del lado perdedor. Jim Kelly, Thurman Thomas y Bruce Smith eran las insignias de los eternos “segundones” Bills.
Entre otros de los grandes que se quedaron sin anillo de Súper Tazón están los corredores Eric Dickerson (Rams) y LaDanian Tomlinson (Chargers), el liniero defensivo Deacon Jones (Rams), el apoyador Dick Butkus (Bears), el quarterback Frank Tarkenton (Vikings), el tacle ofensivo Anthony Muñoz (Bengals) y los receptores Steve Largent (Seahawks) y Randy Moss (Vikings-Patriots).
De las superestrellas que quedan en activo en la NFL que podrían quedar entre este desafortunado grupo aparecen Calvin Johnson (Lions), Larry Fitzgerald (Cardinals) y J.J. Watt (Texans).