Los Thunder, contra las cuerdas
NBA, where unbelievable happens’. Viendo lo visto en la ya histórica serie que están protagonizandoThunder y Grizzlies, la Liga podría replantearse cambiar su famoso eslogan con la palabraunbelievable (increíble) en vez de amazing(sorprendente). Piensen el adjetivo que quieran:espectacular, mágica, fastuosa… Cualquiera es bueno para describir la homérica batalla entre ambas franquicias. Como ya sucediera en las cuatro noches anteriores, el quinto duelo no dejó a nadie indiferente. Hizo que mereciera la pena quedarse despierto hasta entradas las seis de la mañana o el madrugón sobrehumano. Las ojeras que puedan lucir en sus puestos de trabajo, colegios o escuelan están justificadas. El agónico triunfo de Memphis (99-100), resuelto en el instant replay con el tiempo de juego ya cumplido, deja a Oklahoma City contra las cuerdas. Antes, y para no perder la costumbre, hubo que recurrir a la prórroga (la cuarta consecutiva de la eliminatoria, algo inédito hasta la fecha en la historia de la NBA) para decidir el ganador.
Una vez más fueron las defensas las que primaron sobre los ataques. Costó sangre convertir cada canasta, sumar cada punto. Según se consumían los minutos los errores aumentaban. Llama la atención las equivocaciones protagonizadas por jugadores sumamente fiables, lo que no resta ni un ápice de la emoción que está deparando este espectáculo sin igual. En vez de estar completando una primera ronda de playoffs, ambas franquicias perfectamente podrían estar decidiendo unas finales de Conferencias. La contienda volvió a ofrecer un guión similar a las anteriores. Un equipo en cabeza, en este caso los Grizzlies (la primera ventaja (79-78) thunder llegó a 6:48 del final con un triple de Durant)que vieron como se les escapaba una renta de 20 puntos (52-72) con la que llegaron a finales del tercer cuarto. Para completar su particular despropósito, agotaron el tiempo antes de lanzar para intentar evitar la prórroga (Marc debió tirar en vez de doblar al balón a Randolph). La bandeja del ala-pívot, autor de 20 tantos y 10 rebotes, se produjo claramente fuera de tiempo. Pese a ello, de la mano de un gran y decisivo Mike Miller, dos triples suyos en la prórroga para sumar un total de 21 puntos, resultaron claves para que los de Tennessee cogieran una ventaja determinante.
No obstante, comencemos por el final, el cual contó con un desenlace similar. Saque de banda en cancha de los Grizzlies y balón para OKC a 2,9 segundos del final de la prórroga y un punto abajo en el marcador (99-100) para los locales. Sefolosha pone en juego el balón, que llega a Durant. El alero se levanta desde la línea de tres puntos sintiendo el aliento de Marc Gasol en el cogote. El balón rebota en el aro e Ibaka logra palmearlo para que acabe entrando a la vez que la bocina truena en el Chesapeake Energy Arena y la luz roja se enciende en el tablero. De ser valida, la canasta otorgaría el 3-2 a los Thunder. De lo contrario, los de David Joerger regresarían a Memphis con la oportunidad de lograr el billete para semifinales ante su publico dentro de 48 horas. Tras congelar la imagen de esta última acción, los árbitros comprobaron que el buzzer-beater del congoleño nacionalizado español había sido fuera de tiempo. El 99-100 era el marcador correcto.
Segundos antes, con los visitantes dos puntos arriba (98-100), Tony Allen arrollaba a Kevin Durant en la lucha por un tiro que se había quedado muy corto de Ibaka (15 puntos y 10 rebotes aunque, raro en él, se fue sin poner ni un solo tapón). ‘Durantula’ dispondría de dos tiros libres para empatar el encuentro a 100 y con 27,5 segundos por jugarse. Convirtió el primero y cuando se disponía a lanzar el segundo, con el balón ya en su poder, ocurrió algo que no suele suceder. El colegiado Joe Crawford entró en cólera, hizo sonar su silbato y le arrebató el balón para ir a protestar a la mesa de anotadores. Había visto algún error en los videomarcadores del pabellón y decidió corregirlos cuando el KD ya completaba su ritual previo a lanzar a canasta. Tras el parón, el de los Thunder no acertó a anotar. Esto podría tratarse de un detalle menor, e incluso pasar desapercibido para alguien que no haya jugado asiduamente a este deporte. Sin embargo, dado el momento tan crucial en que se produjo, no parece lo más prudente. “Simplemente intentaba seguir concentrado y anotar el tiro libre. No sé qué pasó. Pero tuve que haberlo anotado“, comentó el mismo jugador sobre la acción.
Pese a esto, en Oklahoma City no harían bien si emplearan este lance como motivo para justificar la derrota. Aunque algo mejorados respecto al cuarto duelo, los porcentajes de acierto (39,1% en tiros de campo) en los de Scott Brooks volvieron a resultar muy pobres. Si a esto le añadimos las 17 pérdidas que cometieron, uno comprueba que no están pudiendo desarrollar su juego como acostumbran. Gran parte es por mérito propio de los Grizzlies, uno de los mejores equipos defensivos de toda la Liga, que hace gala de una intensidad admirable promovida por jugadores tan pegajosos que llegan a resultar igual de molestos que un dolor de muelas, pero también existe una parte de demérito propio. No es lógico. No es lógico que tus dos mejores hombres (Durant y Westbrook) sean incapaces de anotar por encima del 40% en lo que va de playoffs, sin que ni siquiera ninguno de los dos all-stars alcance el 30% en tiros de tres, además de promediar 8,3 pérdidas de balón. En esta ocasión, convirtieron 20 de los 55 lanzamientos que intentaron, perdiendo hasta 10 balones (cuando entre todos los jugadores de los Grizllies sumaron nueve).
Peso a ello, a su favor, hay que decir que pese a que no les estén saliendo las cosas no se esconden. Lo siguen intentando. De hecho, que nadie dude que, las cada vez menores opciones de anillo para los Thunder, pasan por ambos. Russell Westbrook firmó un triple-doble (30 puntos, 13 asistencias y diez rebotes) que permitió a su equipo llegar con opciones de victoria en todo momento, además de forzar la prórroga con un robo trascendental a Conley y un posterior mate (90-90). Por su parte, Durant (26 puntos y ocho rebotes), secó en defensa a un desacertado Marc Gasol (11 puntos, con 4/14 en tiros de campo, y 15 rebotes). Un emparejamiento sorprendente pero que dio sus frutos.
Por el momento, lo más sensato sería pronosticar la clasificación de los Grizzlies. Los antecedentes hablan de un 86% de casos favorables para el equipo que llega con ventaja de 3-2 en las series al mejor de siete partidos. No obstante, en la vida y en el deporte todo puede suceder. Y más, tras estar disfrutando con esta trepidante serie. Qué siga la fiesta, y la locura.