Marc Márquez impone su ritmo también en Indianápolis

Salvo excepciones, como en Texas, la rutina de Márquez en su temporada de debut en MotoGP pasaba por ir de menos a más en cada gran premio. Se debe a que en casi todos rueda por vez primera con la Honda y en todos, sin excepción, ha peleado por el podio o la victoria. En Indianápolis volverá a hacerlo y ya desde el primer día deja claro que es el hombre a batir, al marcar el mejor tiempo por la mañana y por la tarde.

Parece mentira que lo de este viernes solo haya sido un día de sesiones libres, porque ha resultado apasionante, divertido y emocionante. Al pequeño genio se le vio cruzar la Honda como si hubiera rodado toda la vida con ella en este resbaladizo asfalto, lo que se entendió mejor al oírle decir después que disfruta mucho cuando le patina la rueda trasera. Tantas horas de dirt track cerca de casa han dado sus frutos.

El pupilo de Alzamora no era el único con motivos para sentirse satisfecho. Sus perseguidores en la general, también dieron síntomas de estar muy recuperados de sus dolencias. Pedrosa acabó segundo, a sólo 80 milésimas, y Lorenzo lo hizo cuarto, a 263, colándosele entre medias Bradl, tercero a 179, y como muestra de que estamos en un circuito cien por cien Honda. Es así por la existencia de un par de ángulos en los que el motor cae de vueltas y luego espera una recta en la que se vuelve a volar a velocidad de vértigo. Y ello con las Yamaha aún a la espera de la llegada del cambio seamless. Lorenzo lo tiene difícil, pero no se va a rendir.