Marc Sandon: “El automovilismo no es inmune al virus del dopaje”
Hablamos de alerones, de si las evoluciones del F138 llegan o no llegan, de cómo entender los Pirelli del modo en que parecen haberlo hecho en Mercedes… Pero en la Fórmula 1 se habla poco de dopaje. Así que todo retumba cuando quien lo hace es nada más y nada menos que el responsable del Consejo Francés Antidopaje entre 2003 y 2005. Él, Marc Sanson, sostiene que durante muchos años ha habido dopaje en la F-1, aunque no el que se suele entender para multiplicar el rendimiento físico.
La reciente comisión de investigación del Senado francés da pie a las palabras de Sanson. “Ningún deporte es inmune al dopaje. Incluso el golf o la petanca no están a salvo. Resulta difícil imaginar los procedimientos empleados”, comenta Sanson. Y acto seguido pone el foco en los circuitos: “Puedo dar el ejemplo del automovilismo. Durante muchos años los pilotos han usado tacrina, un producto que se emplea en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, para recordar los circuitos con más facilidad. También puede ser utilizado en el golf. Eso ha cesado porque tenía efectos secundarios, pero se ha utilizado”.
Ese fármaco está destinado a pacientes que padecen dicha enfermedad degenerativa, ya que se emplea para mejorar el pensamiento y la memoria, pero no para pilotos profesionales que (en teoría) están en plenitud física. El estudio hecho público por el Senado galo era especialmente duro con el ciclismo, acostumbrado a luchar desde hace ya demasiados años contra la lacra del dopaje.
Las palabras de Sanson están ahí, sirven para dibujar la sombra de la duda, pero lo cierto es que la F-1 no se ve salpicada por escándalos de ese tipo. En cada gran premio se realizan controles antidopaje al azar a tres pilotos. El checo Tomas Enge, exprobador de McLaren y Jordan, ha sido el protagonista de los últimos positivos en el mundo del motor: por cannabis en 2002, al proclamarse campeón de la F-3000, y el año pasado en el Mundial FIA GT1, por un medicamento que según alegó había tomado debido a sus problemas cardiovasculares crónicos. Fue suspendido por 18 meses.