Marchan a buen ritmo las obras del Mundial
Brasil tiene un gran contingente de obras públicas en curso, entre ellas de seis estadios, varios aeropuertos e incontables mejorías urbanísticas, a seis meses del inicio del Mundial de futbol de 2014.
El grado de preparación del país es más avanzado que el que lucía en la misma época el año pasado, cuando se preparaba la Copa Confederaciones, según pudo comprobar Efe en un viaje a las sedes organizado por la FIFA y el Gobierno brasileño.
De los seis estadios aún en obras, sólo dos tienen atrasos serios, el de Sao Paulo y el de Curitiba, mientras que los de Natal, Porto Alegre, Manaos y Cuiabá estarán concluidos entre enero y febrero.
Los motivos de los atrasos abarcan accidentes, que en total han causado cinco muertos, la falta de mano de obra y problemas burocráticos para conseguir financiación por parte de bancos públicos.
El que más preocupa es el Arena Corinthians de Sao Paulo, estadio que acogerá el partido inaugural el 12 de junio, y que, debido a un grave accidente ocurrido en noviembre -el desplome de parte de lacubierta-, tendrá que posponer su inauguración hasta el 15 de abril.
Los responsables de la obra aseguran que si no fuese por el accidente, el estadio sería entregado a finales de enero y, en efecto, los vestuarios, palcos y gradas están prácticamente listos.
Pero todavía hoy la estructura metálica de 420 toneladas caída hace un mes sigue en el mismo lugar, rasgando la fachada y sin fecha para ser retirada.
Alrededor del Arena Corinthians también hay un maremágnum de obras viales, incluyendo el ensanche de avenidas y la conclusión de cuatro viaductos, cuya entrega está prevista para abril, según dijo el ingeniero responsable, Carlos Atoro.
En apariencia mucho más atrasado, todavía sin césped ni sin asientos y con la fachada en una fase inicial, se encuentra el Arena da Baixada de Curitiba, cuya reforma estará terminada previsiblemente el 26 de marzo, según el club que lo regenta, el Atlético Paranaense.
Los estadios más avanzados y donde sólo hacen falta unos ligeros retoques son los de Natal y Porto Alegre, que abrirán sus puertas al público en enero, con un ligero atraso con respecto a la fecha límite inicialmente impuesta por la FIFA, que era el fin de diciembre.
Un accidente mortal, por la caída de un obrero desde 40 metros de altura, ha vuelto a suponer un atraso en el Arena da Amazonia, estadio de Manaos, ya que las autoridades laborales han ordenado parar máquinas esta semana hasta que no se garantice la seguridad de los trabajadores.
Buena parte de los mil 800 obreros son alpinistas que trabajan a gran altura para colocar las placas de membrana traslúcida que forman la espectacular cubierta del estadio de la capital del Amazonas, que debería de estar concluido a lo largo de enero.
En la ciudad de Cuiabá el estadio Arena Pantanal se terminará en febrero, según sus responsables, pero lo que más preocupan son las ingentes obras de urbanización -56 en total- que han empantanado la capital de Mato Grosso.
Una de las obras más importantes, la construcción de una línea de tranvía entre el aeropuerto, el estadio y el centro de la ciudad, por ahora es sólo un camino de tierra, pero en junio estará concluida, según afirmó el secretario especial para el Mundial, Mauricio Guimarães.
El aeropuerto de Cuiabá, considerado en el pasado como el peor de Brasil, es un frenesí de obras, tanto dentro como fuera del terminal, lo que se ha convertido en un suplicio para los pasajeros,algunos de los cuales, debido a la falta de asientos, se ven obligados a descansar tumbados en el suelo, en la polvorienta acera frente a la puerta principal.
El viceministro de Deportes, Luis Fernandes, dijo que para el Gobierno es “bueno” ver que una ciudad como Cuiabá sea un “sitio de construcción” y garantizó que durante el Mundial “ya no lo será”.
“Es un inconveniente ahora para la población, pero lo más importante es lo que queda para después del Mundial. Somos un país en desarrollo y tenemos que aprovechar la oportunidad para hacer infraestructuras”, afirmó.
La ampliación de los aeropuertos también afecta a otros importantes terminales de ciudades como Río de Janeiro, Brasilia o Sao Paulo, donde se están construyendo ampliaciones temporales y mejorías permanentes.