Marion Bartoli campeona del Wimbledon
Marion Bartoli ha vivido el día soñado por un tenista a sus 28 años. Ha exprimido al máximo las rarezas de este Wimbledon para reinar en la ‘Catedral’, conseguir su primer título del Grand Slam al vencer en la final a la alemana Sabine Lisicki por 6-1 y 6-4 en 1h.21′.
La francesa toma el relevo de Amélie Mauresmo, campeona en 2006 y que ahora la asesora como parte del apoyo de la federación. Decimoquinta en el ranking mundial, no se ha enfrentado a ninguna rival del ‘top ten’. A las continuas sorpresas se unió que Lisicki había dejado en el camino a la enemiga nº 1, Serena Williams.
Bartoli ha ejercido de sí misma, con ese golpeo a dos manos que no hace extrañar que una de sus referencias sea Monica Seles. Lisicki, 23 años y 24ª WTA, no ha sido la de rondas anteriores, los nervios se la han comido, tanto que las lágrimas han asomado en sus ojos de impotencia, de verse incapaz de relajarse. Sólo ha rendido cuando ya tenía la derrota encima, y su reacción ha llegado tarde.
Bartoli asciende a la séptima plaza mundial, se embolsa 1.600.000 libras esterlinas, alrededor de 1,8 millones de euros, siendo la 42ª campeona femenina de un Grand Slam en la era profesional. Es su séptima corona en el circuito, pero la de Wimbledon la mete en la final, después de intento fallido en la final de 2007, cuando fue batida por Venus Williams.
Un comienzo de dobles faltas
Los nervios lógicos de sendas debutantes en una final de Grand Slam se han plasmado en los dos primeros juegos del partido. Bartoli ha entregado de inicio su saque encadenando un par de dobles faltas. A continuación, Lisicki ha sufrido el ‘break’ asimismo doble falta.
Bartoli se ha liberado al ganar su primer saque (2-1), no así Lisicki, tensa de pies a cabeza. El diferente estado de ánimo se ha reflejado en el marcador, la francesa ha ganado seis juegos consecutivos para imponerse en el set por 6-1 en media hora. La gala, fiel a su estilo, pegando todo lo que se movía. La germana, también de un tenis a cara o cruz, más de ganadores que de tácticas, no podía desplegar su juego porque tenía el brazo agarrotado.
Tras una visita al lavabo, Lisicki ha empezado la segunda manga con un ‘ace’. El saque había sido una parte importante en su camino hacia la final. Ha cerrado la hemorragia ganando el juego, pero en el siguiente Bartoli ha demostrado de nuevo que era la más valiente de la final. Ha levantado cuatro bolas de ‘break’ dominando continuamente en los peloteos (1-1).
Ese juego ha acabado de desequilibrar a Lisicki y ha impulsado a Bartoli, que ha roto a continución (2-1), y sólo le faltaba dominar el vértigo que puede causar acariciar un primer título ‘grande’ una vez al mando con 5-1.