Martino: “No hay tiempo para las lamentaciones”
Un Gerardo Martino muy afectado por la eliminación en la Champions apela ayer al orgullo de los futbolistas para mirar hacia delante. La clave del partido de Granada y los que quedan, para el técnico, es la reacción al mazazo de Champions, un golpe anímico que el Tata ni disimula ni olvida, porque afirma que “para mí el fracaso tiene que ver con la Champions y eso no va a cambiar. Por las expectativas que yo tenía fue un fracaso y continuará siéndolo pase lo que pase en la Liga y en la Copa”. No tiene ningún reparo en admitir que “me cambiaría por Madrid y Atlético. Me gustaría tener sus problemas”, en referencia a la supuesta ventaja del Barça de tener ahora más descanso de cara a la Liga.
A pesar de todo, desea que el equipo deje atrás cuanto antes este mal trago y destaca que “aunque son derrotas muy dolorosas, no hay tiempo para las lamentaciones. Un triunfo contra el Granada nos permitiría dejar un poco atrás el resultado de Champions”.
Es consciente de que “es imposible para un equipo estar en plenitud en la parte anímica tras quedar eliminado de una competición que queríamos ganar. No puede estar en su plenitud anímica por arte de magia”. Sin embargo, insiste en que “ya pasó, no hay otro remedio y hay que pensar en el partido que viene”. En este sentido, sí valora positivamente que no haya mucho tiempo entre partido y partido: “Es positivo que tengamos la revancha inmediatamente. Quizás una buena actuación en Granada nos permitiría recuperarnos de la derrota”.
No cree, en cualquier caso, que lo que ocurra en Los Cármenes influya en la final de Copa de la próxima semana: “Son partidos y competiciones diferentes. Ni una buena actuación en Granada nos garantiza una buena actuación ante el Real Madrid ni al revés. En la Liga son seis finales y en la Copa una sola”. Lo que tiene claro es que al equipo no le costará entender lo que está en juego: “Si hay algo que ha demostrado este equipo es entender dónde están. Está de más preguntarse si saben lo que está en juego”.
Notablemente ‘tocado’ anímicamente, el técnico argentino ha vuelto a dejar en el aire cierta duda respecto a su futuro: “En el fútbol las derrotas siempre te van mermando en las posibilidades futuras, pero ni un triunfo ni una derrota cambia mi visión de futuro”. Ha desvelado también cómo ha tratado de levantar el ánimo de sus jugadores: “Les he preguntado si la pasada temporada fueron campeones de Liga antes de caer con el Bayern. Me dijeron que más tarde”. Eso demuestra que “el Barcelona vive permanentemente situaciones decisivas, y después de una derrota siempre tendrá cosas que decir”.
El Granada lo va a poner muy cuesta arriba, porque “todos los rivales tienen mucha complejidad. Ellos tienen la necesidad de puntos por el descenso y está la cuestión de cómo reaccionaremos nosotros tras la eliminación de Champions. Es un partido trascendental para el Granada y sumamente trascendental para el Barcelona”.
En cuanto a la dificultad del calendario, no prioriza unos rivales sobre otros: “No hay ninguna diferencia entre los rivales que nos quedan. Granada, Athletic, Villarreal, Getafe, Elche y Atlético son los rivales necesarios a los que hay que ganar. Sabemos que lo que nos asegura las posibilidades en la Liga es obtener los triunfos”.
El Tata ha explicado mejor lo que quiso decir tras el partido del calderón sobre Messi, cuando afirmó que quería que entrase menos en juego. “Si deje eso es que estoy loco. Quería decir que queríamos que no participara tanto en la elaboración del juego, sino que sus participaciones fueran decisivas, que encuentre pelotas de mayor calidad, que le permitan decidir, sea a la hora de habilitar a un compañero o sea a la hora de buscar la jugada”. Ha apuntado también que “tiene que ser difícil ser Messi en esta vida, parece fácil pero me parece difícil. ¿Críticas? Los futbolistas que son tan decisivos viven de estos vaivenes”.
No le gustan buscar culpables de la falta de intensidad, porque “no creo que cuando a un equipo le falta algo o un rival le supera sea culpa de alguien”. Apunta que a veces es virtud del rival más que demérito del Barça: “Ha habido equipos que se basan en la intensidad y es lógico que si tiene esa virtud como su virtud principal te superen, no siempre es tan fácil igualarlos”. En cuanto a la polémica sustitución de Iniesta, ha comentado con cierto malestar que “alguien tenía que ser el sustituido, me pareció que estaba cansado, aunque a lo mejor me equivoco y estaba fantástico”.
Sobre la baja de Marc Bartra, un nuevo golpe a la defensa, ha explicado que “terminó el partido con algún problema físico, hizo trabajos en el gimnasio. Para no correr mayores riesgos preferimos que no viaje y utilizar las opciones que se puedan presentar, confío en todas las alternativas”, sin entrar a valorar cuáles son esas opciones.
Aunque admite que “ha sido un año difícil, con situaciones extrañas en lo extradeportivo”, asegura que “nunca diría que hemos perdido el rumbo. Son muchos más los momentos que hemos jugador mejor que los que hemos jugado peor. Los futbolistas viven de esto: de tener orgullo y amor propio. Hay que ver cuánta gente tiene esto: amor propio y valentía. Yo sí se lo reconozco a todos mis futbolistas”.
No ha querido responder a las palabras de Johan Cruyff en las que decía que el entrenador no manda y se ha limitado a responder escuetamente, al preguntarle si mandaba, que “bueno, sí, lo intento”.
Y en cuanto al sorteo de semifinales de la Champions, no quiso comentarlo, aduciendo que ha sido muy duro quedar apeado: “No tengo una opinión formada, ha sido una derrota muy dolorosa. La mejor manera de seguir adelante es olvidar esta derrota, no olvidar la parte futbolística pero sí dejar de pensar en la Champions”. Y, ante lo bajo de su estado de ánimo, ha segurado que “no es que necesite a alguien que con un inflador me levante, necesito centrarme en las competencias que restan”.