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Alemania, tetracampeona por la gracia de Götze

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Se repitió la misma historia que en Italia’90. Alemania volvió a ganar 1-0 a Argentina y se bordó su cuarta estrella encima del escudo. Otra vez campeona del Mundo. Merecidamente, eso sí, porque fue el equipo que mejor fútbol ofreció durante todo el torneo.
Argentina, cabe destacarlo, no se arrugó ante la apisonadora alemana y le complicó mucho la vida. Cómo le iban a tener miedo al partido de sus vidas. Pero es que además tuvieron las opciones más claras.
Como la de Higuaín a los 20 minutos. Un fallo que le perseguirá de por vida, a la altura del de Robben en la final de Sudáfrica. Kroos cometió un error de infantil, tiró un cabezazo hacia atrás y el balón le cayó al Pipita con todo de cara. Sólo ante Neuer, el 9 la pegó mal y la pelota no fue ni entre los tres palos. Y Mascherano volvía a ser la imagen de todo un país. Esa cara entre incredulidad total y desesperación.
A la media hora, otro ‘coitus interruptus’ para los argentinos provocado por el Pipa. Esta vez sí marcó pero estaba en fuera de juego. El ex del Madrid ya estaba festejando, cuando vio el asistente con el banderín levantado.
Alemania, por su parte, seguía confiada en el juego que le llevó a Maracaná y también llegaba por su derecha. La defensa argentina salía al corte con contundencia. Tanta que Garay se llevó por delante a Kramer, que entró a última hora por Khedira. El joven centrocampista quedó grogui y tuvo que ser sustituido por Schurrle.
El mismo Schurrle tuvo la primera opción germana con un disparo seco a media altura. Romero apareció para salvar el tanto. Primer aviso de la Mannschaft y primer susto albiceleste.
Pero volvió Leo al rescate con otra jugada marca de la casa. Por la derecha sorteó a Neuer con un toque sutil, pero le quedó algo largo y ni él ni Lavezzi pudieron acabar rematando a puerta vacía.
El palo de Dios
Antes del descanso, Alemania subió una velocidad. Kroos tuvo un disparo franco desde dentro del área que blocó Romero y Höwedes en el tiempo añadido remató al palo. Balón al hierro y el rechace lo atajó el meta argentino, que dejó que sus compañeros recuperaran el pulso antes de volver a poner el balón en juego.
Argentina volvió al césped especialmente conectada. Sabella dejó a Lavezzi en el banco y optó por Agüero. Pero la mejor opción la volvió a disponer Leo Messi. La Pulga se escapó por detrás de Boateng y Higuaín le tiró la asistencia. Ese momento en el que se para el tiempo. En que los aficionados ya se levantan del asiento porque la tiene el 10 y encara portería. A cámara lenta. Y Messi disparó cruzado. Esta vez, incomprensiblemente, demasiado cruzado.
Pasaban los minutos y el partido no tenía dueño. Esa dicotomía entre el corazón argentino o la razón alemana. Mientras Klose tuvo la suya en un cabezazo mal ejecutado y Schürrle se tiró largo un control dentro del área. También dispuso de su opción Kroos, que desaprovechó una asistencia atrás de Lahm que era medio tanto.
Goetze o ‘Gottze’
‘Se fueron a la prórroga. Y aquí el encuentro estaba totalmente roto. Romero volvió a ser decisivo tapando otro disparo de Schürrle, mientras que Palacio, que entró por Higuaín, decidió mal y ante Neuer. En un mano a mano, probó de tirarle la vaselina cuando lo más fácil era picarla por abajo. Era la única que tuvo Argentina.
Quien no falló fue Goetze. Saltó para la prórroga. En el 88 para sustituir a Klose. Y a la que tuvo, la metió. Qué golazo. Control con el pecho y sin dejarla caer la cruza al palo largo. El gol del Mundial. Goetze o Gottze. Porque ni D10s, ni el Papa. Gott(ze) es dios en alemán.

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