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Nadal alimenta su leyenda y le gana a Roger Federer

1384098267_extras_noticia_foton_7_1El español dobla en partidos ganados a su gran rival en la primera década del siglo XXI. El 22 a 10 favorable a Rafa deja en más que discutible la afirmación de que Roger es el mejor jugador de la historia. Se le puede considerar por sus cifras en los cuatros ‘majors’, 17, pero no por la oposición demostrada ante un adversario que oposita, con 27 años, a superar todos sus récords. Lo peor que le puede pasar a un deporte es que el resultado sea previsible y el triunfo de Nadal por 7-5 y 6-3 era igual de claro que el color azul que cubre la superficie cubierta del O2 Arena.

El manacorí, como casi siempre, ganó el sorteo y eligió restar para empezar, como muy a menudo, con una rotura de servicio. Federer, al ataque, inicio el partido como el último precedente en las semifinales de Cincinnati. Jugaba al todo o nada. Saque directo, volea ganadora, derecha imposible de devolver y un error no forzado del español fueron el resumen del primer juego.

Cuando fue el suizo quien se puso a intentar devolver los saque de su adversario se quedó a cero puntos. A Roger aún le quedaban energías para correrse de derecha. Con el paso del tiempo ya no sería igual. Le daba igual fallar si eso quería decir no intercambiar golpes desde la línea blanca.

El O2, lleno hasta la bandera, torcía en favor del ser inferior que no era otro que el helvético, víctima repetida del balear. Federer se fabricó tres bolas de ‘break’ en el sexto juego para 4-2 y saque. Dos derechas de Rafa dentro y otra de Roger al limbo dejaron las cosas igual. No fue lo mismo en el noveno asalto, cuando el español disfrutó de su dos primeras opciones de rotura. Le bastó con una para dejar al adversario plantado en un lado de la pista.

En otras circunstancias y en otra superficie que no hubiese sido bajo techo, esa rotura le hubiera costado ya el set a Federer. Igualó el marcador a cinco juegos. Pero otro ‘break’ de Nadal, el tercero consecutivo en el partido, hundió las pocas esperanzas del tenista de Basilea, sabedor que a tres mangas su físico no le aguantaría después de un último partido del ’round robin’ ayer con Juan Martín Del Potro de dos horas y media.

Desde entonces, Federer practicó las derechas al clavo hasta que el desenlace se aceleró en el quinto juego del segundo set. 32 errores no forzados condenaron al que en su día fue número 1 mundial y dejaron a Nadal a las puertas de la única gran corona que falta en su palmarés y que le igualaría con Andre Agassi.

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