Nadal: “No voy a ganar siempre”
Pocas horas después de firmar una nueva gesta en su carrera deportiva, y poner Nueva York a sus pies por segunda vez, Rafa Nadal atiende a MARCA. No esconde que se siente cansado, pero la responsabilidad le puede y por eso estará esta semana en Madrid para jugar la Davis con España, cuando en realidad debería estar descansando. Y le ilusiona pensar que pronto puede recuperar el número 1 mundial.
Pregunta. ¿Ha podido conciliar el sueño después de una final de tanta tensión como la del domingo ante Novak Djokovic?
Respuesta. Es complicado dormir bien porque tienes acumulada mucha adrenalina.
P. Usted acabó la final e hizo tratamiento, atendió a los medios de comunicación, pasó el control antidopaje… ¿Le dio tiempo para a ir a cenar?
R. Sí, fuimos a celebrarlo con toda mi familia a un restaurante tailandés al lado del hotel.
P. Cuando juegan dos tenistas tan parejos con la raqueta como usted y Djokovic ¿la diferencia está en la cabeza?
R. Al final son pequeños detalles y pequeños momentos que hacen cambiar el partido y que deciden quién gana y quién pierde. Los partidos se ganan con la raqueta, pero hay momentos que van más allá y también cuentan el físico y la cabeza, que quiere decir seguir, pelear, aguantar aunque el otro te esté destrozando.
Tenísticamente, el duelo estuvo igualado. El primer set fue mío con mucha diferencia. El segundo suyo, pero no con tanta diferencia. Pero el final del segundo y el inicio del tercero fueron totalmente suyos. Fue decisivo poder resistir, aguantar. Entonces, mental, física y tenísticamente estuve muy bien. Cuando se presentó la oportunidad, jugué con la determinación adecuada para conseguir el título.
P. Su rival falla la última pelota. Usted se tira sobre el cemento de la Arthur Ashe. ¿Qué se le viene a la cabeza?
R. Sientes una gran emoción y es difícil pensar en algo en concreto. Son muchos días de tensión, muchos meses complicados… Cuando uno ve que está a punto de conseguir el US Open y culminar una temporada inolvidable, la más emocionante de mi carrera, piensa en los momentos complicados y en la gente que ha estado a su lado. Gracias a esas personas hoy sigo aquí.
P. Al término de la final, en la red, Djokovic le abrazó fraternalmente y le cuchicheó algo al oído. ¿Qué le dijo?
R. Me dijo que había jugado increíble y que me lo merecía.
P. Cuando comenta que es la campaña más emocionante ¿se refiere a los interrogantes de su cuerpo cada vez que empieza un torneo?
R. Un poco por todo. Las dudas cuando vas compitiendo y te van saliendo las cosas son cada vez menos. No te voy a engañar. No llego a Nueva York pensando si el físico me aguantará o no. Confío en que me aguantará.
Pero durante muchos meses hay dudas, sufrimiento, y no estaba pensando sólo en el tenis sino también en otras cosas. Y eso hace que juegues con una tensión y una preocupación más grande. Todo lo que ha venido desde hace ocho meses atrás es un regalo.
Ha ganado tres títulos en rápida en 2013 y se mantiene invicto en esa superficie con 22 victorias. Supongo que muchos le habrán quitado la etiqueta de que es sólo un especialista en tierra.
R. Entiendo que se diga que soy un especialista en tierra porque he ganado mucho sobre ese tipo de pistas. Pero miro mi palmarés y también veo cinco finales de Wimbledon, dos US Open, un Open de Australia, tres títulos en Indian Wells y otros tantos en Canadá.
Por eso sabía que era bueno en pista rápida seis horas antes de jugar la final de Nueva York. No tenía que conquistar la corona para tener que demostrarlo.
Récord imposible
P. Usted, que está acostumbrado a batir casi todos los récords, ¿se plantea completar el Grand Slam en una misma temporada?
R. Eso es imposible para cualquier tenista. La razón es sencilla: Djokovic, Federer, Murray y Ferrer están ahí todo el tiempo y nunca pierden en las primera rondas.
P. ¿Es consciente de que victorias como la suya en Nueva York ayudan a alegrar a un país en plena crisis?
R. No sé si ayudan o no. Yo soy un gran seguidor del deporte en general y cuando yo, en momentos complicados, veo a españoles triunfando por el mundo, me aporta energía y felicidad. Me anima. Ojalá que la gente que lo está pasando mal, con los éxitos de los deportistas españoles tenga un poco de aire, y que estos triunfos ayuden a levantarnos con la ilusión de estar mejor como país.
P. Usted comentó que ganar 10 títulos, dos de ellos ‘Grand Slam’, cinco Masters 1.000 y dos Open 500 era imposible.
R. Lo que quería decir es que es imposible de mantener. Estos resultados tienen fecha de caducidad. No voy a estar ganando siempre todos los partidos difíciles como la final del US Open con Djokovic, como la de Isner, en Cincinnati o ante Federer, en Cincinnati otra vez; Djokovic, en Montreal… Tengo que perder y perderé algún día porque es ley de vida y en nuestro deporte la derrota es una compañera de viaje siempre. Tengo que estar preparado para el día en que pierda y sé que la derrota llegará pronto.
P. ¿De los grandes títulos se queda con alguno?
R. No se pueden calificar de más o menos especiales. A mí, por ejemplo, me emocionó ganar en Acapulco. Me emocionó ganar en Barcelona, en Madrid y en muchos otros lugares. Ganar el US Open es una sensación diferente a todo por lo que he pasado antes.