Pickles, el perro que encontró la Copa del Mundo
El 29 de marzo de 1966, meses antes del inicio de la Copa del Mundo en Inglaterra, un hombre llamado David Corbett sacó a su perro a pasear en las cercanías de una vecindad al sur de Londres.
Pickles, nombre de la mascota, se entretuvo con un objeto en el suelo. El hombre inglés notó que su perro tenía ante sí algo envuelto en papel de periódico. Corbett lo recogió y al quitar el papel se quedó sin palabras: era la Copa del Mundo Jules Rimet.
Para entender esta historia hay que remontarse a una semana antes de los hechos. En Londres se realizaba una exposición en la que destacaba la Copa del Mundo, para que la gente tuviese la oportunidad de poder observarla de cerca.
Un día después de la inauguración del evento, la copa desapareció. Dicho trofeo era el original de la época, y muy diferente al que conocemos hoy día. La noticia, obviamente, corrió como pólvora por el mundo.
Tras la detención de un sospechoso, la Policía no logró incriminarlo. Nadie sabía nada.
Así las cosas, se ofrecieron hasta 6,000 libras de recompensa por alguna pista. Pero se mantuvo el silencio.
Fue entonces cuando Corbett, un fanático del fútbol, según su propio relato, encontró, nueve días después -gracias a su perro- la copa cerca de su lugar de residencia. Enseguida fue a la estación más cercana y la entregó. Se convirtió eventualmente en un testigo. Inglaterra respiró tranquila.
Corbett recibió la recompensa estipulada y Pickles fue condecorado. De hecho, recibió comida de perro gratis por el resto de sus días.