Rafa Nadal, nombrado Hijo Adoptivo de Madrid
Antes de recoger ovaciones en la Caja Mágica, Rafa Nadal recibió ayer la del Ayuntamiento de Madrid,que en un pleno extraordinario le nombró Hijo Adoptivo por unanimidad de los 57 concejales. El balear, de 27 años, ya puede decir que tiene en la capital su segunda casa. “Esto va más allá de mis méritos deportivos”, dijo el campeón de trece Grand Slams, que estuvo arropado por sus padres,Sebastiá y Ana María, su abuelo Rafael, sus tíosToni y Miguel Ángel y amigos. Un día de fiesta también para los concejales, que cambiaron los reproches por alabanzas al tenista y agotaron la batería de sus móviles tirando fotos.
Con el boato de maceros escoltando su entrada, como ya hicieron antes con el Rey, Adolfo Suárez, Camilo José Cela o Vargas Llosa, Nadal fue destacado por la alcaldesa, Ana Botella, como “estandarte de los valores humanos que transmite al deporte”. Y destacó de él “una enorme humildad en la victoria o en la derrota en cualquier escenario”. “Es admirable la perseverancia con la que superó la lesión del 2012 para volver a ser número uno. Has llegado a ser un gran deportista a fuerza de ser una gran persona”, alabó la alcaldesa.
Nadal y Madrid han ido de la mano siempre. Un flechazo que comenzó cuando en 2005 ganó por primera vez el Masters en el Rockódromo remontando dos sets a Lujbicic. Luego ha sido campeón en otras dos ocasiones (2010 y 2013). De Las Ventas salió en hombros en 2008, tras derrotar en semifinales de la Davis a Roddick. En 2007 ya recibió la medalla de oro de la ciudad. En 2008, el Premio Internacional del Deporte. También mostró su compromiso con las intentonas olímpicas de 2012, 2016 y 2020 y, sobre todo, ha unido su nombre al del Real Madrid. “Quiero la Décima”, dijo hace cuatro días.
Así que Nadal, impecable en su traje gris marengo, se olvidó por un rato de los entrenamientos y el tenis –hoy sabrá quién es su rival en primera ronda: Mónaco o Melzer– y ofreció un discurso comprometido: “Aquí he vivido emociones inolvidables. En el mundo del deporte de élite, donde somos unos afortunados, debemos dar ejemplo porque somos referencia para los niños. No podemos fallarles. En mi profesión se premia la victoria, pero hay caminos, y el mío es del respeto al rival, la humildad, la disciplina, el trabajo y la ilusión. Así entiendo el deporte y la vida. Los valores que me enseñaron”.
“Esta época dorada del deporte español le debe mucho a Madrid. La final de la Champions, con dos equipos madrileños, es un ejemplo más y un premio merecido a una ciudad que siempre ha vivido el deporte y soñado con ser una ciudad olímpica”, agradeció Nadal. Príncipe de Asturias de los Deportes que, desde ayer, tiene tres padres: Sebastiá, Manacor y Madrid.