Samuel: “Me gustaría ser entrenador algún día de Argentina”
A diferencia de lo que exhibe en el campo de juego, donde lucha y defiende con fiereza desde hace ya 20 años, Wálter Samuel es un hombre tímido y callado. No disfruta de la exposición ni las mieles de la fama, como puede percibirse en las pocas entrevistas que ha brindado pese a haber vestido las camisetas de la selección argentina, Boca Juniors, AS Roma, Real Madrid e Inter de Milán. “Siempre fui de hablar poco, preferí hacer lo mío en la cancha”, confiesa a los 37 años quien, también frente a los micrófonos, honra el apodo recogido en su paso por Italia: el Muro.
Pero muchos muros han caído a lo largo de la historia y el argentino no es la excepción: con la camiseta del Basilea de Suiza, lejos de las luces y las primeras planas de los principales periódicos deportivos, se prepara para jugar los últimos seis meses de su carrera.
Wálter, muchos se sorprendieron al enterarse que, tras 20 años de carrera en los equipos más importantes del mundo, había firmado contrato para jugar en la Liga de Suiza. ¿También le tomó por sorpresa?
Fue una oportunidad. Me habían buscado de Italia, pero ya quería cambiar. Un amigo me comentó la posibilidad de venir a Basilea y la idea me gustó, porque siempre hacían buenas campañas en Europa. Pero bueno, no sabía si les iba a interesar. Al final se dio todo de un momento para otro. Estoy muy contento con esta decisión, no me arrepiento de nada. Es más: creo que vine un poco tarde. Me hubiese gustado venir un poco mejor y disfrutarlo aún más.
La vida en Suiza debe ser extraña para un argentino que viene de pasar 15 años en España e Italia…
¡Mucho más tranquilo! (sonríe). Pero lo disfruto mucho con mi familia, ellos también la pasan bien. Se pueden manejar solos por todos lados, es un crecimiento y una muy buena experiencia. Mis hijos están aprendiendo otro idioma que les va a servir. Yo no entiendo nada (ríe), pero a ellos el alemán les vendrá muy bien.
En octubre pasado anunció su retiro para el final de esta temporada. ¿En qué momento le ha llegado esta decisión?
Llega por mi edad, porque se tenía que dar. Nunca lo dije, pero ya lo había pensado antes. Incluso había dudado de renovar el último año. Y desde el principio sabía que era el último, sólo me faltaba anunciarlo. Ya está bien. Me sentí muy bien jugando, me encanta entrenar y bromear con mis compañeros. Eso no lo cambio por nada. Pero algunos problemitas físicos ya me cansan mentalmente. En junio llegará el final, aunque no lo tomo a mal. Soy un privilegiado. Sólo espero disfrutar lo que resta.
¿Le teme al día después?
¡No! Todos hablan de eso pero no me preocupa. Pienso prepararme para hacer algo de mi vida. Me gustaría ser entrenador, empezando con los más chicos. Y luego veré. Miedo no tengo. Mi familia me acompaña, en ese sentido estoy tranquilo.
Pasó muchos años en la selección. ¿Podría destacar un buen y un mal momento que haya vivido con esa camiseta?
Empecemos por lo malo: lo más triste fue la eliminación del Mundial 2002 en Corea/Japón. No por la eliminación en sí, pero por el equipo que teníamos. El grupo, el entrenador (NdR: Marcelo Bielsa). Por todo… si pasábamos la primera ronda podríamos haber avanzado mucho más. Ese grupo había dejado marca en la gente, que estaba muy ilusionada. Fue lo más duro que me tocó vivir con esta camiseta.
¿Y positivo?
El juvenil Sub-20 de 1997 (NdR: campeón mundial en Malasia) fue mi mayor alegría, porque después en mayores no ganamos nada. Pero por la importancia de ese título y los chicos con los que lo compartí, ese título fue una alegría enorme.
Menciona a los juveniles y nos acaba de confesar que le gustaría dirigirlos. ¿Qué necesitan los chicos en esa etapa de formación?
Hay que ser sinceros con ellos. Los chicos necesitan ayuda, que les marquen cosas. Es el momento en que más van a aprender. Luego, para cuando lleguen a Primera, ya necesitan tener una preparación importante. A nosotros en el sub-20 nos marcaron ciertas cuestiones muy necesarias, como la disciplina. Y no es que quiera ser un militar o un vigilante, pero son cosas que los van a ayudar en el futuro. Comer bien, entrenarse bien. Tienen que saber que jugar en la selección debe representar un privilegio, algo soñado, y no sólo una plataforma para despegar e irse después. Lo ideal es perdurar: jugar en el sub-17, ver si se puede llegar a la sub-20 y así. Un pase a Europa o a un equipo grande debe ser consecuencia de eso.
¿Y qué puede decirnos de la mayor? ¿Siguió el inicio de las eliminatorias mundialistas?
No es fácil por el horario, pero los veo por Internet. Creo que el equipo estuvo muy bien los últimos dos partidos. Argentina mereció ganar contra Brasil, aunque sufrió un poco en el segundo tiempo. Pero bueno, los brasileños juegan muy bien. La idea del Tata Martino es buena, se notó con Colombia. Hay que ir de a poco. Yo tuve la suerte de jugar eliminatorias y puedo decir que son durísimas. No le ganás fácil a nadie. Ecuador vino a Buenos Aires y ganó jugando bien. Ha cambiado mucho.
En la cancha era un jugador tranquilo. ¿Cómo es Samuel como hincha? ¿Se pone nervioso?
Un poco, ¡sí! El otro día contra Colombia me daba bronca que no podían cerrar el partido pese a contar con buenas oportunidades. Me puse inquieto (ríe). Por suerte lo pudimos ganar.
La defensa fue de lo mejor de Argentina en la Copa Mundial de la FIFA™, pero ahora se ha producido un recambio. ¿Cómo lo analiza?
Me gustó mucho cómo jugaron en Colombia tanto Nicolás Otamendi como Ramiro Funes Mori. (Ezequiel) Garay tuvo un gran Mundial también. Creo que Otamendi está en un nivel muy alto, un poquito más que el resto. Pero va a ayudar a que Funes Mori vaya creciendo. Lo que me gusta de él (Funes Mori) es que pide siempre la pelota, sale jugando y marca. No tiene miedo y eso es importante, sobre todo en la selección. Por lo que vi, y sobre todo en estos últimos partidos, Argentina tiene centrales para rato.
¿Se clasifica para Rusia 2018?
¡Sí! Eso espero. Me gustaría ir a ver el Mundial y disfrutarlo. No creo que tenga problemas, aunque la eliminatoria sea muy dura. Lo vi jugar estos dos últimos partidos y tengo mucha fe en que lo logrará.