Van Gaal: “La edad no importa”
Muy pocos entrenadores llegan a lo más alto del fútbol y muy pocos de los que han llegado se han mantenido en la cumbre durante tanto tiempo como Louis van Gaal. El técnico, de 62 años, ha ganado campeonatos de liga en Alemania, España y en su Holanda natal, junto con la Liga de Campeones de la UEFA y la Supercopa de la UEFA.
Tras haber guiado a su país por la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, donde Países Bajos se anotó un pleno de imbatibilidad en los diez partidos disputados, la selección de Van Gaal se encuentra emparejada con la actual campeona del mundo, España, con un combinado de Chile eufórico de forma y con Australia en el Grupo B.
Sin embargo, decidimos no tocar el tema de la Copa Mundial de la FIFA en nuestra conversación con este entrenador nacido en Ámsterdam. En esta entrevista en profundidad hablamos de su concepción del fútbol, de su reinvención de jugadores como Bastian Schweinsteiger, de por qué Pep Guardiola fue un gran capitán en el Barcelona y de las razones por las que entrenar en el fútbol internacional puede resultar frustrante en ocasiones.
¿Qué diría que lo distingue de otros entrenadores?
Diría que mi concepción del juego, porque involucro a los jugadores en mi trabajo de entrenador. A lo largo de mi carrera, he conseguido que montones de futbolistas quedaran fascinados con mi filosofía. Les gusta formar parte de ella por sus aspectos ofensivos, técnicos y tácticos a la vez. Por consiguiente, les permite sacar a relucir sus cualidades como nunca.
¿Qué características busca en sus futbolistas?
Las características responden a mi forma de entender el fútbol. Tienes que jugar en equipo y no individualmente. Por eso, constantemente tomo como referencia mi concepción del juego, luego el equipo y, al final, qué jugadores se ajustan mejor a mi sistema, 1-4-3-3, porque siempre juego así. Si uno de los jóvenes es capaz de hacerlo, lo elijo a él. Si es uno de los veteranos, pues también; la edad no es el factor que más pesa para mí. La edad no importa.
En el Barcelona, usted hizo debutar a hombres como Xavi o Iniesta. ¿Le alegra especialmente ver el éxito que están disfrutando en sus carreras?
Por supuesto. Me satisface y enorgullece ver que el Barcelona sigue jugando con cuatro de mis futbolistas, y también el Bayern de Múnich. Pero los Xavis, Iniestas, Mottas, Muellers o Alabas encajaban perfectamente en sus respectivas posiciones sobre el terreno de juego.
Por ejemplo, expliqué a Alaba que lo quería de lateral izquierdo. Él no deseaba jugar en esa posición. Se había formado como mediocampista, pero yo tenía el puesto libre y quería que lo ocupara él, por las lesiones que arrastrábamos en el equipo y por el hecho de que él podía asumir esa labor. Después de largas conversaciones, al final jugó de lateral izquierdo porque quería ayudar al equipo. ¿Dónde juega ahora? ¡De lateral izquierdo!
¿Qué nos puede decir de la evolución táctica de Bastian Schweinsteiger?
En mi opinión, no encajaba como extremo izquierdo. Cuando llego a un nuevo club, hablo con cada jugador de su demarcación, de su personalidad, del equipo y de cómo interactúa con sus compañeros. A Bastian le dije: “Creo que debes colocarte en el centro del campo”. En aquella época, jugábamos con dos mediocampistas de contención y un número 10, que era [Thomas] Mueller. Entonces desempeñó labores de contención y resultó que disfrutó del fútbol más que nunca. Ahora viste el dorsal número 6 con Guardiola. No hay muchos jugadores que tengan excesiva polivalencia. Si la tienes, puedes encajar en las características de un número 6 o de un número 10, pero hay que entrenar muchísimo. Aunque Schweinsteiger nunca había jugado en aquella demarcación, después de dos semanas de entrenamiento y de dos partidos, se dio cuenta de que rendía mejor que nunca. Por esto mismo digo que la concepción del juego es siempre el factor unificador.
Otro de sus protegidos en el Bayern de Múnich, Thomas Mueller, jugaba en el equipo no profesional y sub-19 del club. De repente, en un par de años, gana la Bota de Oro adidas y el premio al Mejor Jugador Joven en Sudáfrica 2010. ¿Qué vio usted en él?
Cuando llego a un nuevo club, me gusta quedarme siempre con uno de los preparadores del cuerpo técnico ya existente, y aquella ocasión el elegido fue Herman Kerland, quien todavía trabaja a las órdenes de Pep Guardiola. Un día quise saber quién estaba listo para ascender por el sistema de juveniles, y Kerland fue el hombre que me respondió: “Mueller, Badstuber y Alaba. Estos tres están preparados”. Permití que se entrenaran con el primer equipo, los observé de cerca y decidí dónde iban a jugar. Badstuber era originalmente lateral izquierdo y lo puse de central por la izquierda.
¿Qué cualidades vio en el joven Carles Puyol para darle el brazalete de capitán? En general, ¿cuáles son las características que usted busca en el capitán de su equipo?
Efectivamente, las características son muy importantes para mí. Yo elijo al capitán, no los jugadores. Siempre soy yo el que nombra a los capitanes de mis equipos, porque tengo que colaborar con ellos y otorgarles responsabilidades. Debo admirarlos por su personalidad, por su identidad. Mis capitanes son todos muy profesionales, pero también muy ambiciosos y honrados. Se trata de cualidades que saltan a la vista en todos los capitanes que yo he tenido.
¿Y la edad no es importante?
La edad no importa. Cuando llegué al Barcelona, Guardiola tenía 27 años. En España, por tradición, el brazalete de capitán se otorga a los jugadores de más edad. Quise que asumiera responsabilidades y además transmitirle mi filosofía. Tengo que congeniar con mis capitanes. A Pep le dije: “Vas a ser mi capitán”. Él respondió: “No, no”. Pero zanjé la cuestión: “Yo elijo al capitán, y tú entiendes el fútbol exactamente como yo lo entiendo”. Por eso lo hice capitán. Miren dónde está ahora.
¿Añora el trabajo cotidiano con los jugadores?
Cada día. Me hice profesor de educación física porque me encantaba comunicarme con los jóvenes. Ahora debo seleccionar, ver, observar y sólo estoy en contacto con mis jugadores unas ocho veces al año. Precisamente este contacto es lo que más añoro de este trabajo. No obstante, a partir de ahora empezamos los preparativos para el Mundial.