Varane-Sakho, juventud y fortaleza
Con ocho dianas en su haber y un cautivador juego ofensivo, el ataque de Francia, encabezado por Karim Benzema, Olivier Giroud y compañía, está llamando la atención en esta Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™. Los Bleus no habían anotado tantos goles en las dos primeras jornadas de una cita mundialista desde 1958. Hasta el minuto 81 del choque ante Suiza, cuando marcó el helvético Blerim Dzemaili, acariciaban incluso el récord de la victoria más amplia de una selección francesa en el Mundial, que se remonta a hace 56 años (un 7-3 sobre Paraguay). Pero poco antes el central Mamadou Sakho se había lesionado… Y su baja desajustó en cierto modo el esquema del equipo.
“Sentí dolor en una entrada, pero lo llevo bien. Voy a descansar y mañana ya veré con el cuerpo médico de qué se trata exactamente”, explica el zaguero a la FIFA, exhibiendo una sonrisa que borra cualquier preocupación. “Es cierto que aflojamos un poco. Redujimos algo el ritmo, y Suiza empujó mucho. Entonces recibimos dos goles, es mérito del rival. Nosotros hicimos nuestro partido… Estuvimos muy concentrados desde el principio hasta el final, hay que quedarse con eso”.
Los dos goles suizos, a decir verdad, no ensombrecen lo más mínimo la calidad de la prestación de los franceses. También sería injusto fijarse únicamente en esas dos máculas, o apuntar a un Laurent Koscielny muy combativo cuando sustituyó a Sakho. Aun así, resulta difícil disociar esos dos tantos de la salida prematura del defensor del Liverpool… Porque, hasta entonces, el eje central que formaba con Raphaël Varane exhibía un control impresionante, a pesar de la juventud de ambos.
Serenidad innata
“No creo que la serenidad sea únicamente un factor de edad. Personalmente, yo siempre he sido así, creo que es innato”, confiesa con calma Raphaël Varane, de 21 años. “Mamadou y yo intentamos dar lo máximo por el equipo, simplemente. Nosotros hemos hecho un gran partido, metimos mucha presión al rival, aplicamos mucha intensidad en lo que hacíamos. Pero cuando digo ‘nosotros’ me refiero a todo el equipo, ¡no solo a los dos centrales!”. No obstante, y pese a la ventaja de tres goles con que habían llegado al descanso —algo que los Bleus no lograban en un Mundial desde 1978—, el eje de la zaga sobresalía de manera clara.
Defensivamente, los dos protagonizaron un encuentro impecable, como ilustró a la perfección aquella pelota que recuperó con autoridad Sakho dentro del área. Y en ataque también supieron marcar diferencias: el tercer gol francés partió de las botas de Varane, al enviar un magnífico pase en profundidad para Giroud, quien asistió entonces a Mathieu Valbuena en su gol. “Es cierto que los centrales hemos rendido a un buen nivel, ¡pero globalmente todo el partido se desarrolló bastante bien!”, insiste Sakho. “El equipo funciona: siempre es más fácil cuando todos los jugadores se implican por completo en las tareas defensivas”.
Y todo es también más sencillo cuando se cuenta con una pareja de centrales de tanto talento. Después de efectuar muchas pruebas, y de ensayarla por primera vez ante Ucrania, en el partido de vuelta de la repesca de la competición preliminar de Brasil 2014, Didier Deschamps ya no tiene ninguna duda acerca de la complementariedad de Sakho y Varane. El primero es zurdo, fogoso y fuerte, y el segundo diestro, tranquilo y espigado. Ambos forman un muro casi infranqueable: “Nos entendemos muy bien, tanto dentro como fuera de la cancha, pero no creo que nos haya que señalar únicamente a los dos centrales”, insiste sin embargo Varane. Aunque los titulares de la prensa sean para los delanteros, es innegable que tanto él como Sakho están teniendo una contribución decisiva.