Video: 30 años de la brutal entrada de Goikoetxea a Maradona
Tal día como hoy hace 30 años, los culés vivieron un día negro, de esos que no se olvidan: habían ‘cazado’ a Maradona. Diego, el gran fichaje de Núñez en 1982, le había costado al FC Barcelona 1.200 millones de pesetas. En su primera temporada, una hepatitis diagnosticada en diciembre le dejó cuatro meses en el dique seco. Pero lo peor llegó en su segunda campaña, cuando Andoni Goikoetxea se cruzó en su camino.
El central del Athletic de Bilbao le ‘cazó’ al poco de iniciarse la temporada 83-84, en un partido disputado el día de la Mercè, patrona de Barcelona, en el Camp Nou. El encuentro acabó con triunfo azulgrana por 4-0, pero nadie lo celebró. Todos los culés se quedaron sin aliento cuando, en el minuto 12 de la segunda parte, Goiko se fue a por Maradona y, de forma descarada y sin opción de tocar el balón, le hizo una fortísima entrada por detrás que tuvo un resultado demoledor. “Fractura del maleolo peroneal del tobillo izquierdo con desviación y arrancamiento del ligamento lateral interno con desgarro”, fue el parte médico emitido por el doctor Carles Bestit, jefe de los servicios médicos del FC Barcelona.
La imagen de la entrada de Goiko a Maradona, que actualmente tiene más de dos millones de visitas en ‘youtube’, es espeluznante. El vasco no va al balón, la acción es en el centro del campo sin peligro para la portería del Athletic y tras el impacto ya se puede apreciar que el tobillo del argentino queda doblado y machacado contra el césped. En diciembre de 1981, Goiko había lesionado a Schuster en San Mamés.
La crónica de aquella lesión la escribió para MD nuestro recordadísimo compañero Javier Díez Serrat, quien levantó acta de una noche larguísima en la Clínica Asepeyo. En ella, Núñez no pudo contener las lágrimas, Casaus explotó contra la dureza de Goiko, Claudia Villafañe (la compañera de Diego) se desmayó, Quini y su esposa estuvieron junto al ‘Pelusa’ en tan amargo trance… Diego volvió tres meses y medio después y, al final de temporada, otro partido ante el Athletic fue su epílogo como culé: la final de Copa de la tangana. Fue sancionado por tres meses y eso acabó de decantarlo a dejar el Barça e irse al Nápoles.