Wilson Palacios: “Mi selección es la cima”
El mes pasado, un sábado como cualquier otro, el modesto Stoke City remontó un gol en contra para arrollar al Aston Villa por 4-1. No por casualidad, el panorama cambió radicalmente para el equipo hacia el minuto 15, justamente cuando Wilson Palacios se metió de lleno en el partido. Poco antes, el esforzado hondureño parecía un tanto perdido. En cuestión de un instante, sin embargo, empezó a salirle todo lo que intentó. Se ajustó al ritmo del juego y dio rienda suelta a su instinto. Palacios inventó jugadas decisivas y pases letales.
Este mediocampista de 29 años, bajito, fornido, cargado de hombros y poco acostumbrado a recibir elogios, ha disfrutado del éxito en la Premier League inglesa desde que aterrizó en el Birmingham City en 2008, aunque las lesiones obstaculizaron sus progresos en los últimos años. Por fin en plena forma y con la voluntad de ganarse el puesto en el equipo, Palacios está en racha con su club y con su selección.
Su juego denota una eficacia sin estridencias que parece emanar de esa humildad y de esa confianza sosegada de las que hace gala. No es el más grande ni el más rápido, pero se destaca por esas ganas de hacer cuanto esté en su mano por ayudar al equipo. “Como jugador, siempre aprendes de tus compañeros”.
Orgullo hondureño
En sus mejores momentos, el volante merodea por el campo como un cazador acechando a su presa, mientras proporciona munición a sus compañeros con pases cortos y efectivos. Incansable y silencioso martillo en la sombra y, a la vez, taladro de defensas en la medular, recuerda al legendario Claude Makelele.
Sin embargo, cuando le preguntamos a quién admira, Palacios no recita grandes nombres del fútbol, ni Pelés ni Maradonas ni leyendas consagradas. “Al Flaco Pineda”, responde sin vacilar, refiriéndose a José Luis Pineda. “Lo seguí de chico y creo que mi juego se parece al suyo”. Aunque al Flaco se le conoce poco fuera de Honduras, es un héroe en la nación centroamericana, donde ganó nueve títulos de liga y ayudó al Olimpia de Tegucigalpa a meterse en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.
Para Palacios, el fútbol es Honduras y es respeto. “Formar parte del seleccionado representa la cima para mí”, admite el mediocampista, quien disputará su segunda fase final consecutiva del Mundial en Brasil este mes de junio. “Me gusta jugar en Europa, pero creo que el seleccionado nacional es lo más importante para todos los hondureños”.
Se considera mentor de otros futbolistas de su nación, pues él mismo recibió el respeto de sus mayores, especialmente de Pineda durante el breve lapso de tiempo en el que coincidieron las carreras de ambos jugadores en la selección nacional. A la pregunta sobre el futuro del equipo, Palacios contesta: “Aspiramos a seguir clasificándonos para los Mundiales. Espero que los jugadores que lleguen después de nosotros luchen constantemente por la clasificación, aunque la zona [la CONCACAF] está poniéndose cada vez más difícil”.
Como futuro líder del equipo, Palacios apunta al delantero y autor de tantos decisivos para Honduras en la fase de clasificación Jerry Bengtson, quien ejerce su carrera de clubes en Estados Unidos con el Revolution de Nueva Inglaterra. “Bengtson mejora con cada partido. Es frío como el hielo”, puntualizó Palacios. “El seleccionado necesitaba un jugador así, alguien capaz de marcar un puñado de goles”.
El tema de los rivales en la CONCACAF con los que comparte vestuario en el Stoke City provoca la animada reacción de Palacios. El entrenador Mark Hughes heredó una plantilla repleta de jugadores estadounidenses, eternos antagonistas del hondureño en el fútbol internacional. No obstante, Palacios asegura que los estadounidenses y él se llevan “como hermanos”. “Son buenos jugadores y también muy buena gente. Nos entendemos muy bien. Compartir el Stoke con Mo [Maurice Edu], Brek [Shea], Juan [Agudelo] y Geoff [Cameron] es fantástico. Siempre hablamos de nuestras selecciones y de la vida en nuestros países. Nos ayudamos mutuamente”.
Renacimiento de camino a Brasil 2014
Palacios se ha dedicado a lo largo de toda su trayectoria futbolística a ayudar a sus compañeros sobre los terrenos de juego y a crear un ambiente positivo fuera de ellos. Pese a su amabilidad y seriedad, también se permite bromear sobre su relación con los estadounidenses: “Pero cuando nos enfrentamos con nuestros equipos nacionales, se acabó tanta hermandad”.
Palacios disfruta de la vida tras su irregular estancia bajo los focos del Tottenham londinense. “Me va bien en el Stoke, me entreno con tesón. Actualmente me siento mucho en el banco, pero, como decimos en Honduras, estoy en puntillas, porque en cualquier momento me puede llamar el entrenador”.
Un entrenador que con seguridad llamará a Palacios es Luis Fernando Suárez. El seleccionador de Honduras convocará al mediocampista para que ayude a los Catrachosa mejorar el rendimiento de hace cuatro años en Sudáfrica, donde quedaron eliminados al final de la fase de grupos. “Estoy deseando representar a Honduras en un segundo Mundial consecutivo”, asegura Palacios, a todas luces dispuesto a aplacar las expectativas de una nación que alcanzó el paroxismo cuando, el pasado septiembre, sus representantes hicieron historia con la victoria sobre México en el legendario estadio Azteca. “Aquel partido supuso un paso decisivo para llegar a Brasil”, añade a la vez que contradice la insinuación de que su incansable entrega y su inspiración resultaron decisivas para el éxito.
La forma en la que terminó esta entrevista da una idea del tipo de persona que es Palacios. Cuando se despedía, después de decir adiós, el hondureño puso fin a la conversación con un “¡A la orden!”. No hay expresión que describa mejor a Palacios, el futbolista y el hombre.