Ibaka, expulsado por una pelea con Blake Griffin y Matt Barnes
Los Angeles Clippers olvidaron las tres derrotas encajadas la temporada pasada frente a los Oklahoma City Thunder y, con otra gran actuación de su pareja estelar, se impusieron por 111-103 al empuje de Kevin Durant, que echó en falta la aportación de un Serge Ibaka descalificado antes del descanso.
Blake Griffin concluyó con 22 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, mientras que Chris Paul firmó 14 tantos y 16 asistencias.
Paul ha logrado al menos 10 puntos y 10 asistencias en los nueve primeros partidos de la temporada, números que no se veían en la NBA desde que lo lograra Magic Johnson en la campaña 1990-91.
Durant acabó con 33 puntos y 10 asistencias, en tanto que Russell Westbrool aportó 19 tantos y 10 asistencias. Ibaka, que llevaba 13 puntos en una serie perfecta de tiro (6/6), fue expulsado por un altercado con Blake Griffin y Matt Barnes.
Kendrick Perkins se ausentó por el fallecimiento de su abuelo. Siempre motivados por la explosiva presentación que siempre les precede como locales en el Staples Center, que incluye un par de columnas de fuego y ensordecedores fuegos artificiales, los Clippers arrancaron de forma primorosa con un parcial de 8-0 en el que destacó la asistencia a una mano y en el aire de Griffin para el alley-oop a DeAndre Jordan.
Los de Scott Brooks tardaron en entrar en calor. Erraron sus cinco primeros tiros a canasta y no anotaron un solo punto hasta pasados cuatro minutos, pero reaccionaron a tiempo aprovechando la débil defensa de su rival y dieron la vuelta a la situación (25-33) gracias a la aportación ofensiva de un inmaculado Ibaka y el instinto asesino de Durant.
Los angelinos, muy lejos de su mejor versión, apagados y sin la imaginación y alegría que caracterizan la dirección de juego de Paul, se aferraban a la aportación de Jamal Crawford y Darren Collison desde el banquillo, insuficiente ante la mayor agresividad de su rival, que alcanzó una renta de 14 puntos (33-47) mediado el segundo cuarto.
Los locales mejoraron los porcentajes de cara al aro y eso les llevó a reducir la distancia en el marcador al descanso (53-62), al que se llegó tras un triple de Westbrook y un conato de pelea protagonizado por Ibaka, Griffin y Matt Barnes que acabó con la expulsión del jugador de los Thunder y de Barnes.
Esa acción cambió el partido. Paul se reencontró consigo mismo y su confianza fue en aumento mientras conectaba con J.J. Redick y Jared Dudley, lo que llevó posteriormente a que los Clippers volvieran a colocarse por delante (74-71) merced al enorme impulso de Griffin, imponiéndose en un duelo tremendamente físico.