Villas-Boas: “Ancelotti se equivocó al hablar de Bale no está en venta”
Villas-Boas es el gran perjudicado cada vez que el Madrid se cruza en el camino del Tottenham. Modric se le fue en el último suspiro. Ahora perderá a Bale. Y está molesto: “Tengo un gran respeto por Ancelotti pero creo que erró cuando hizo pública la oferta del Madrid”, dijo en Mónaco. “En situaciones así se requiere un minucioso respeto. Se habla de que el acuerdo es inminente pero lo único que le hemos comunicado al Madrid es que es nuestro jugador y que no se vende. Estamos hablando con ellos por el respeto que le tenemos tras la venta de Modric…”. Sus palabras contrastan con la realidad de la situación: hay un acuerdo verbal por 120 millones y el jugador, como reconocía a AS un alto cargo del Tottenham, ha tomado la decisión.
El semblante de Bale a la salida ayer de la Ciudad Deportiva del Tottenham lucía más relajado. Sin casi medios ni afición en la puerta, y con la mayoría de sus compañeros y cuerpo técnico en Mónaco, el futbolista parecía más aliviado. Llegó más temprano que los últimos días, en torno a las nueve de la mañana, para trabajar en solitario una vez más, en lo que para él se ha convertido en una especie de pretemporada de cara a su llegada al Madrid. Salió cuando pasaban pocos minutos de las once. La razón de adelantar el trabajo es que hoy es día de descanso para el Tottenham y el futbolista ha aprovechado para tomarse un día y medio de relax y salir de Londres.
Bale sigue muy unido a Cardiff (donde vive su familia) y no pierde oportunidad para viajar allí. Ayer los medios ingleses especulaban con una visita relámpago. La última vez que estuvo, a la vuelta de la gira por Asia, los medios locales reflejaron al detalle su día: un largo paseo de tiendas por el concurrido Saint David’s Shoppin Center y una ligera cena en un establecimiento de comida rápida (Nando’s). Todo con su mujer, Emma, y empujando el carrito de su pequeña de ocho meses Alba y convenientemente ilustrado por las cámaras de los móviles de los transeúntes. Allí no se esconde